El Girona se estrenará en la máxima categoría estatal, aquella con la que ha estado soñando desde que fue fundado en 1930. Sabe que tiene mucho más por ganar que perder dada su condición de debutante en Primera División, pero ya ha demostrado que en Segunda División ha sido un rival duro de pelar y en la que, si ha hecho bien las cosas, ha sido capaz de lo mejor. Que cuando dirección deportiva y dirección empresarial han ido de la mano, se ha logrado un histórico ascenso que nadie hubiera ni tan siquiera imaginado hace cinco años, cuando el club estaba más acostumbrado a sufrir cada temporada que a soñar en cotas más altas.

De hecho, a lo largo de su historia ha militado en la categoría de plata un total de 21 temporadas. La participación del conjunto de Montilivi en Segunda ha sido un tanto irregular, y de hecho los nueve años que ha jugado de forma ininterrumpida desde su ascenso desde Segunda B en 2008 hasta el histórico ascenso a Primera del pasado 4 de junio han sido los más satisfactorios para la parroquia rojiblanca. Hay que advertir, sin embargo, que el Girona logró una meritoria plaza en las promociones de ascenso a Primera División en la temporada 1935-36, donde se enfrentó a Celta, Zaragoza, Arenas, Murcia y Xerez, pero quedó último en la liguilla y no pudo ascender a la máxima categoría.

Pancarta sobre la fundación del Girona en catalán que reza: "El 23 de julio del año 1930, en el Café Can Norat de la Rambla, nació el Girona Fútbol Club". | Foto: El Punt Avui
Pancarta sobre la fundación del Girona en catalán que reza: "El 23 de julio del año 1930, en el Café Can Norat de la Rambla, nació el Girona Fútbol Club". | Foto: El Punt Avui

Tras la Guerra Civil Española, el conjunto catalán fue alternando la Segunda División con la Tercera estatal. De forma consecutiva, desde la temporada 1939-40 hasta la 1942-43 fue tercero, cuarto, quinto y sexto, respectivamente, en cada una de las campañas. Sin embargo, se convirtió en un "equipo ascensor" hasta 1959, cuando bajó definitivamente a Tercera División. En 1977, aprovechando la creación de la Segunda División B, el club se unió a ella pero a continuación pasó siete años entre Tercera y Regional. Aunque a principios de los noventa volvió a Segunda B, en 1995 bajó a Tercera y dos años más tarde bajó a las categorías regionales. 

No fue hasta 2006 que los gerundenses subirían a Segunda B y un año más tarde volverían a Segunda División, tras casi 50 años sin haber pisado dicha categoría. Es en estos derroteros cuando la entidad no solo ha vuelto a hacerse un nombre en el fútbol español sino que además ha sido un auténtico quebradero de cabeza para muchos equipos en estos últimos nueve años. El Girona ha conseguido desde 2008 los hitos más importantes durante su existencia y ha escrito de su puño y letra su presente, ahora en Primera División, pero también su futuro. 

Los primeros años en esta etapa reciente del club en la división de plata del fútbol español fueron de total adaptación a la categoría. Sufrimiento, cambios de entrenadores, afición impaciente y un sinfín de elementos que dotaban de intriga y espectáculo a partes iguales al recorrido del Girona a lo largo de las 42 jornadas que tenía el campeonato. Aunque será función posterior detallar cada una de las temporadas del club en este siglo XXI en Segunda División, se hace aquí un pequeño repaso a lo que ha dado de sí esta -casi- década de fútbol profesional en Montilivi.

En la temporada 2008-09 el equipo comandado por Raül Agné hizo una buena primera vuelta, pero se complicó en exceso en la segunda y el de Mequinenza tuvo que ser relevado en el cargo por Javi Salamero, que era el director deportivo de la entidad. El club se salvó de la quema a falta de tres jornadas para el final de temporada. En la 2009-10 también hubo cambios en el banquillo: Cristóbal Párralo no convenció y fue Narcís Julià quien se ocupó del grupo. La salvación parecía un hecho, pero una carambola de resultados en la última jornada hacía que el 0-1 provisional del Murcia en Montilivi condenara a los gerundenses a Segunda B. Un ya conocido penalti en el último minuto de partido, transformado por Kiko Ratón, salvó los muebles con el empate a uno final, resultado que mandó a los infiernos a los murcianos.

La campaña 2010-11 fue la primera que completó un único preparador, Raül Agné. El Girona marchó bien e incluso se colocó quinto en la jornada 28. La mala racha en el último tercio de campeonato evitó cualquier posibilidad de soñar con algo grande. La 2011-12 volvió a ser de infarto. Aunque continuó Agné de entrenador, este fue cesado en la jornada 21 y Josu Uribe tomó el control. Duró diez jornadas, hasta que fue necesario recurrir al revulsivo Salamero, que volvió a salvar al club cuando ya se veía con el agua al cuello.

En 2012 empezó 'Rubi' como entrenador gerundense y completó la mejor temporada de la historia hasta aquel entonces. Los catalanes llegaron hasta el 'playoff' de ascenso a Primera División, pero el Almería de Charles les apeó del glorioso camino. La cura de realidad volvió a la temporada siguiente, cuando de nuevo la entidad recurrió a tres entrenadores para salvar lo que fue una temporada desastrosa en todos los sentidos. Ni Ricardo Rodríguez ni Javi López pudieron enderezar el rumbo de una plantilla alicaída, y fue Pablo Machín quien obró el milagro con una agónica salvación en la última jornada.

El técnico soriano ha continuado al frente del banquillo de Montilivi desde entonces y ha conseguido dos 'playoffs' sin éxito y un ascenso directo a Primera División. En Primera el de Gómara seguirá, pero habrá que ver si tiene ofertas de otros equipos o, si por el contrario, seguirá vinculado al Girona durante muchas temporadas. El que sí como mínimo disputará 38 partidos en la división de oro española es el club.

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