Es ciertamente complicado elegir a la estrella del equipo, especialmente cuando ninguno de los arietes de la plantilla gerundense de la temporada pasada siguen en la entidad. Por su seguridad y su contundencia en defensa, esta redacción ha escogido al central murciano Pedro Alcalá Guirado. El jugador, de 1,96 metros de altura no destaca por sus goles o por sus incorporaciones al ataque como las estrellas de otros equipos, pero, sin embargo, en los dos años que lleva en el Girona se ha convertido en el káiser de la defensa, siendo así el central más “puro” y más indiscutible en el esquema de tres centrales utilizado por Pablo Machín.

Alcalá se desenvuelve normalmente en el centro de la zaga gerundense; es el hombre más importante en la defensa rojiblanca, está al mando de sus compañeros en la defensa y cae en la posición de líbero en varias fases de los encuentros. Además de todas estas funciones que realiza, a nivel más futbolístico, cabe decir que es un central muy corpulento y muy rápido para su talla y peso. Con sus casi dos metros su punto fuerte es su fuerza en el corte y su gran faceta en el juego aéreo, además del gran posicionamiento en el campo que ha ido mejorando con los años. Podríamos definir a Alcalá como un futbolista “veterano” a pesar de sus 28 años.

Pedro Alcalá empezó en el fútbol profesional en el Málaga B en 2006, dando incluso el salto al primer equipo con sus tan solo 17 años. Después de este paso por el Málaga B y ante la falta de minutos en el primer equipo se marcharía cedido al Alcorcón una temporada, y tras volver al equipo boquerón, encadenó dos cesiones en dos temporadas, al Marbella y al Real Unión. Al finalizar la cesión en el Real Unión volvió al Málaga para finalizar su contrato e irse como agente libre al Getafe B para una temporada. Ya en 2011 ficharía por el Almería por dos temporadas para ir al equipo de su tierra, al Real Murcia. Tras el descenso del Murcia a Segunda División B llegaría su máxima explosión como futbolista en la UE Llagostera, el conjunto de Oriol Alsina, que recién ascendido a Segunda A se hizo con los servicios de Alcalá. El murciano fue titularísimo en la zaga del Llagostera y así ser el escaparate perfecto para recalar al que es su club hoy, el Girona, la temporada siguiente, es decir, en 2015.

A nivel internacional, llegó a disputar torneos con categorías inferiores de la selección española, en la sub-17, dónde levantó interés de grandes clubes como Real Madrid o Arsenal; y con la sub-20 con la que ganó los Juegos del Mediterráneo en 2009.

La temporada pasada, la del ascenso, Pedro Alcalá sumó un total de 3509 minutos, repartidos en 39 partidos, y se convirtió así el hombre más utilizado por Pablo Machín. Además de ese “logro” de ser el más utilizado, anotó cuatro goles y dio una asistencia en esos 39 partidos que disputó. Su actuación más relevante fue en uno de los partidos más importantes de la temporada, en Los Pajaritos. El Girona venía de tres partidos seguidos sin ganar, el Cádiz y el Tenerife iban recortando puntos y la afición se notaba en tensión recordando los fantasmas pasados. Los catalanes necesitaban la victoria como el comer y ahí fue donde ganaron por 0-2 con un doblete de Pedro sumado a su gran actuación defensiva a la que tiene acostumbrada a la afición de Montilivi.

Alcalá afrontará su tercera temporada defendiendo el escudo gerundense tras conseguir su mayor logro como futbolista, el ascenso a Primera División, siendo además la pieza más importante del equipo a nivel defensivo. Hay que recordar por ello la filosofía de Pablo Machín: el equipo se empieza a construir desde atrás, y el soriano tiene en el murciano un buen seguro de vida.