En 2013, hace tan solo cuatro años, el conjunto dirigido por el técnico de Viandar de la Vera, Ernesto Valverde, hacía las maletas y se mudaba de estadio. A decir verdad, el cambio de estadio era algo más simbólico que una mudanza tradicional, puesto que el nuevo estadio había sido edificado en el mismo lugar donde habitaba el ya mítico estadio de San Mamés, estrenado en 1913.

100 años después de su inauguración, se había quedado pequeño para la gran familia zurigorri, por lo que, con mucho dolor, los aficionados tuvieron que ver como una parte de ellos era demolida para dar paso a una de las mayores joyas arquitectónicas deportivas. Y es que el nuevo San Mamés no deja indiferente a nadie gracias a su espectacularidad, tanto fuera como dentro de él. 

Fuente: http://www.athletic-club.eus
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Observando el campo desde fuera, la gente ya puede percibir que no es un lugar cualquiera, sino que es un lugar creado con sofisticación, con el objetivo de llamar la atención tanto de los locales, como de los aficionados visitantes que vienen a contemplar su belleza. El exterior del estadio está cubierto por miles de placas de color blanco, cercanas las unas a las otras pero que no componen una superficie uniforme. De esta forma, tras activar otras miles de bombillas LED, San Mamés tiene la capacidad de iluminarse de decenas de formas distintas, dando la sensación de que es un estadio lleno de vida que fluye como cualquier otro habitante de la ciudad vasca al son de los latidos de la ciudad y como no, del equipo al que da cobijo en su interior.

Además, sus temáticas suelen girar en torno a los partidos disputados en el, iluminándose con los colores y el balón de la Champions League cuando se disputa un partido de la misma, o con los colores de la ikurriña, bandera vasca, cuando se suceden los partidos característicos de las fechas invernales de las selecciones autonómicas. Además, a día de hoy, el campo cuenta con dos tiendas oficiales del club, abiertas en días de partido para que las aficiones puedan disfrutar de los artículos disponibles del Athletic; y un bar-restaurante donde distintas aficiones pueden disfrutar de un descanso. Por si fuera poco, la ubicación de San Mamés se encuentra en uno de los centros neurálgicos de la ciudad, ya que el tranvía, el metro y la parada de autobuses están a pocos minutos de este. 

Por otro lado, el interior del estadio no deja indiferente a nadie. Con un terreno de juego de 105 x 68 metros cuadrados y más de 53.000 espectadores, San Mamés impacta por la perpendicularidad de sus asientos, los cuales crean una sensación única donde los aficionados están rozando el terreno de juego. Además, gracias al diseño del mismo, la acústica que se crea cuando la afición se dedica a animar al equipo es impresionante, dando la sensación de que todas las gargantas se unen en una sola para empujar a los jugadores hacia el objetivo. Este factor ha ayudado al equipo en sus últimas grandes gestas, con su punto álgido en la Supercopa de 2015 ante el Fútbol Club Barcelona, donde, tras la ayuda de su afición, los locales le endosaron un cuatro a cero al equipo catalán. Si bien es cierto que, en los partidos cotidianos, es difícil ver a toda la afición cantando al unísono, algo que lleva meses siendo criticado por varios sectores de la afición rojiblanca.

Fuente: http://www.athletic-club.eus
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En resumidas cuentas, el nuevo San Mamés es un estadio al que visitar tanto por comodidad como por la espectacularidad de su exterior e interior. Cuenta con una gran variedad de servicios para los aficionados en las cercanias del campo y cuenta con un ambiente especial difícil de emular en cualquier otro lugar del mundo gracias al vínculo tan especial que une a aficionados y equipo, que sienten a este como suyo propio.