El partido de ayer del Betis en Barcelona supuso una verdadera decepción respecto a la imagen de progresión en el apartado táctico que había mostrado el equipo en sus dos encuentros en Italia, donde los chicos de Setién parecieron ir asimilando el sistema de Quique Setién. Sin embargo, en el Camp Nou frenaron esas buenas vibraciones en seco, a falta de que demuestren contra el Celta que todo ha sido un susto.

A pesar de que ni mucho menos deberían saltar las alarmas en el Villamarín, las estadísticas son mucho más preocupantes de lo que el resultado demuestra. Cierto es que el Barcelona llegaba con algunas bajas sensibles al partido, como Luis Suárez, Andrés Iniesta o Gerard Piqué, por no contar la definitiva ausencia de Neymar, que aún siguen sin saber como paliar en Barcelona. Pero tan cierto como todos estos datos es que el Real Betis llegaba también con muchas lesiones. Prueba de ello es la ausencia de sus dos fichajes estrella, Tello y Ryad Boudebouz, que deberán alimentar el juego ofensivo de Sergio León, pues el goleador no conectó en ningún momento con el centro del campo bético; unos buscaban la internada por la banda, y el otro adelantarse a la defensa con un pase entre líneas. Ni Setién ni el equipo están contentos con el juego del cuadro bético en la tarde del domingo, y aunque a veces fútbol y estadísticas del partido pueden no acompañar, ayer fueron de la mano.

En el apartado defensivo, el conjunto heliopolitano dejó más que claras las dudas que ya surgían con la presentación del once inicial. No por el desafortunado gol en propia meta de Alin Tosca, decisión controvertida cuanto menos, sino por un dato escalofriante: El Barça tiró a puerta un total de tres veces en todo el partido ayer, y dos de ellas resultaron en gol. Por no hablar de que Messi estrelló contra el palo tres balones, algo menos común que un eclipse. Por otro lado, Adán sólo hizo una parada, aunque su colocación fue buena durante gran parte del partido, pero el juego con los pies sigue siendo para él algo peor que una película de terror

En ataque, el teórico fuerte del Real Betis en los últimos años, hace que uno tenga que llevarse las manos a la cabeza ante la ausencia de Rubén Castro y su olfato innato para el gol. Un peligroso 0 en tiros a puerta del Real Betis ayer como visitante reflejó la nula oportunidad del equipo por poder arrebatarle el partido a los chicos de Ernesto Valverde. Pero no es que no tuvieran acierto los chicos de Setién; es que no llegaron a la portería azulgrana. Un disparo de Nahuel y otro de Fabián que se desviaron de la puerta fueron las únicas veces que André Ter Stegen tuvo que moverse entre los tres palos,  pero no pudo ni siquiera que mancharse los guantes.

Con sólo el 39'2% de la posesión, el plan de partido de Setién no debió surtir mucho efecto en sus jugadores, que además perdieron un total de 110 balones en un equipo que principalmente busca el juego de toque. La siguiente semana contra el Celta debería servir de examen para poner el balanza las posibilidades del equipo en una temporada donde los pronósticos los colocan en una liga similar al Celta de Vigo. En el estreno ante su público, los béticos demostrarán de qué madera están hechos esta temporada.