Después de la tormenta, siempre llega la calma. Independientemente de la duración de la tormenta, al final siempre vuelve a salir el sol para tranquilizar la situación y relajar, aunque sea momentáneamente, los ánimos caldeados. El mundo del fútbol está lleno de estas situaciones en cualquier equipo y en cualquier temporada.

Este verano está siendo algo movido en can Barça. La planificación deportiva o la falta de ella está causando nerviosismo en la entidad culé y, sobre todo, en los aficionados. Este nerviosismo se intensificó tras la Supercopa de España, en la que el Madrid fue claramente superior al conjunto culé tanto en juego como en resultado. Los fichajes seguían sin llegar y la actitud del equipo mostrada en el Bernabéu no era la deseada por la afición.

No obstante, el primer partido liguero sirvió para que el elenco blaugrana se reivindicara con una plácida victoria ante el Betis, y la tensión se liberó en los jugadores tal y como se reflejó en el mismo terreno de juego y también en el entrenamiento de este lunes 21 de agosto. En dicha sesión participaron los jugadores que disputaron el encuentro en el Camp Nou, que hicieron ejercicios de recuperación, y los que no fueron titulares se ejercitaron con la mente puesta en el partido del próximo domingo ante el Alavés.

Valverde ha contado con los jugadores disponibles del primer equipo más la incorporación de Jokin Ezkieta, portero del Barça B. Andrés Iniesta, por otro lado, ha vuelto a entrenar con el grupo y se espera que pronto pueda recibir el alta médica tras perderse los últimos dos compromisos, en el Bernabéu y en el debut en Liga. Como anécdota del entrenamiento cabe destacar que todos los integrantes de la plantilla azulgrana felicitaron a Aleix Vidal por su vigésimo octavo cumpleaños, celebrado este lunes.