Después de una excelente pretemporada, por fin llegó la liga, la competición en el Nou Estadi. Lluís Carreras presentó un once sin ninguna teórica sorpresa, pero sí con jugadores que quizás no hubieran sido titulares con las siete bajas disponibles. El Almería ha llegado al estreno liguero tras una pretemporada irregular, con dos victorias, un empate y dos derrotas. Ha sido un verano muy movido para los andaluces, después de tener una renovación a fondo de plantilla. Se han ido muchos jugadores, la mayoría de ellos titulares. Primero de todo, se ha retirado un mito del equipo, Corona, pero además en el medio del campo también se ha marchado Borja Fernández, Azeez y Antonio Puertas. En la delantera, Kalu Uche y Quique han abandonado el equipo tras ser claves en las últimas jornadas de liga para la salvación. Y en la defensa, Casto ha partido hacia la portería del Alcorcón y a Ximo Navarro lo veremos este año en las Palmas. 

Desde los primeros minutos se apreció como las ideas que quiere imponer Lluís Carreras, y que de hecho se había impuesto durante la pretemporada, no dieron sus frutos en ningún momento del partido. Además, el estado del césped no era el ideal para combinar, así que el juego directo fue mayoritario. El Almería en cambio supo encontrar a sus piezas clave, y en el minuto 11, Pozo pudo abrir el marcador con un disparo raso que Dimitrievski consiguió rechazar a córner.

En el 23' llegó la ocasión más clara para el Nàstic en todo el encuentro. Delgado colgó el balón al corazón del área, donde llegó Tejera para rematar a bocajarro. René despejó el balón, que volvió a caer en los pies del jugador barcelonense, que asistió a Maikel Mesa, que, solo en el punto de penalti, remató muy desviado. 

El Nàstic siguió probándolo con contrataques y transiciones eléctricas, pero el problema estuvo en la ejecución de decisiones individuales. Delgado no consiguió derrotar con asiduidad a su emparejamiento, y Muñiz tuvo uno de los peores días que le recordamos. No estuvo acertado ni en su mejor registro, el golpeo de balón. 

El partido estaba en un punto muerto, en el que cualquiera podía marcar si estaba acertado en las áreas. En esto son especialistas jugadores como Pozo o Fidel, que año tras año causan estragos a la defensa tarraconense y son los principales causantes de que al Nàstic se le dé tan mal el equipo de Ramis. Dicho y hecho. En una buena combinación de los almerienses, Pozo dejó solo a Caballero ante Dimitrievski, que esta vez no pudo hacer nada ante el ariete argentino. 

Todo el optimismo que se había generado durante la pretemporada se turnó hacia un sentimiento de recuerdo. Esta situación se vivió en muchas ocasiones durante todo el año pasado. Quizás se lanzaron demasiado temprano las campanas al vuelo.

Precipitación sin premio

En la segunda mitad, el Nàstic tomó el control del partido, pero no consiguió generar peligro constante a la portería visitante en ningún momento. Estaba claro que no era el día. Además el Almería se sentía cómodo en esa posición, montando contrataques a partir de Alcaraz y Mandi distribuyendo a sus hombres de ataque.

Carreras mantuvo la confianza en sus hombres y no hizo su segunda sustitución hasta el minuto 82, con Tete Morente, que dejó buenas sensaciones en su estreno con un par de jugadas individuales en las que consiguió superar a su rival con habilidad y velocidad. Álvaro Bustos también se estrenó con la camiseta grana pero su presencia fue testimonial. 

En la última jugada del partido el Nàstic se habría podido llevar un empate, gracias a una gran asistencia de Barreiro, que dejó solo a Maikel Mesa delante del portero. Su disparo golpeó en la madera y se marchó, dando por finalizado el encuentro con el resultado de 0-1. Octava temporada consecutiva en la que el Nàstic inicia la liga sin llevarse los tres puntos. La semana que viene, al estadio del máximo rival, el Reus.