El Atlético arrancó la Liga en Montilivi ante el recién ascendido Girona de forma inesperada pero no peculiar y es que, como la temporada pasada, un recién ascendido consiguió arrebatar dos puntos a los del Cholo. Pese a ello, el perder puntos no es lo que preocupa a los aficionados colchoneros. Visto lo visto en Girona, los seguidores de Simeone y sus pupilos esperan que solo haya sido el inicio liguero y no se convierta en la dinámica y es que el pasotismo y desgana fueron nota constante en un encuentro donde Correa y Giménez con más ADN atlético que fútbol consiguieron alzarse con el empate.

Lo peor: Pasotismo como duda

Arrancó la pretemporada con un Atleti unido, sacrificado y con más ilusión que nunca. La sanción FIFA había provocado la unión de un vestuario siempre fuerte y que nunca deja de creer. Después de varias semanas de buenas sensaciones llegó el debut, y qué debut… Pasotismo, desgana y la poca lucha marcaron setenta minutos de juego que nada hacía presagiar el final. La derrota estaba siendo más que merecida. En frente un rival inferior pero que se imponía gracias a las ganas e ímpetu, justo lo que les faltaba a los colchoneros.

Es una seña poco vista en la época Simeone y es que el Cholo y su cuerpo técnico siempre se han caracterizado por la lucha, la garra y el dejarse todo en el campo, pese a ser inferiores. De ahí el malestar y la preocupación de los suyos ante un equipo que poco reconocían. No parecían los jugadores de Simeone si no fuese porque llevaban el mismo nombre y dorsal a la espalda. Los habían cambiado. Estas tres cosas fueron claves para que el equipo no consiguiese la victoria y los aficionados se fuesen entre enfadados y disgustados a sus casas. No es lo que quieren y saben que no es lo que tienen.

A mejorar: Cómputo general, un Atleti mejor

Muchos fueron los errores. Además de la desgana, el pasotismo, la desidia, al Atlético le faltó juego. Atrás, excepto Oblak y Giménez, Juanfran sufrió y no dio la talla mientras que Savic no parecía ser el más alto del equipo. Algo incomprensible en una de las bazas claves del Cholo durante estos años. Pero no solo eso, y es que muchos errores del pasado se están repitiendo en el presente. Algo que el Cholo seguro mejorará.

Estamos hablando del centro del campo y la delantera. En el medio, pese a las diferentes conjeturas, el Cholo no da con la tecla y durante varios momentos del encuentro, cuando se conectaba con los hombres de arriba, se sufría atrás más de lo esperado. Y es que cuando no se sufría atrás no se conectaba arriba. Los cambios en el medio del campo provocaban que las conexiones arriba no llegasen. Algo que en el pasado ocurría continúa dándose. Algo que debe cambiar.

Lo mejor: Coraje y Corazón como antídoto

Pese a todo lo anterior, hubo algo que sí gusto. El Atlético de Madrid cuenta con algo en su ADN que pocos tienen. La garra, el coraje, el luchar hasta el final pese a no tenerlas contigo es ese algo y así lo demostró en Montilivi. Además de los cambios, acertados por Simeone, el coraje y los corazones se bajaron al terreno de juego. Correa era conocedor de la situación del equipo y sabía que el coraje iba a ser su antídoto ante el virus de Machín. Y así fue, después de varias intentonas se la guisó y se la comió. Uno de los medicamentos funcionaba ante un Girona cansado pero con la ilusión intacta. El problema para los de Montilivi fue el Atleti, ese que nunca muere.

La primera parte de la recuperación estaba hecha y ‘aerolíneas’ Giménez llegó para concluirla. Trajo en su vuelo el final del antídoto, el corazón. El charrúa, pasional como ninguno, se lanzó a cabecear un balón como si fuese el último, y lo anotó. El corazón se lo llevó a la boca, el central se besó el escudo, el urugayo mostró amor eterno con el corazón. Sabía lo que el equipo necesitaba, era consciente de que el equipo necesitaba ese punto de corazón que no tenía y lo dio. El Atlético empataba el encuentro con Coraje y Corazón.

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Sobre el autor
Andrés Fernández España
Seguidor del Atlético de Madrid. Director de Atleticosport.es y escribiendo en VAVEL.