El 28 de agosto es una fecha señalada por el sevillismo. No es el aniversario de un título, un ascenso o un evento futbolístico. Es algo más que eso, es uno de los peores días que el Sevilla, como club  formado por personas, lo recuerda de manera triste y dolorosa. Se fue una persona muy joven haciendo lo que más le gustaba en la vida: defendiendo la camiseta de sus sueños. El nervionense Antonio Puerta se marchaba a los 22 años. Promesa del fútbol, pero ante todo, una persona extraordinaria con una humildad y una sonrisa en su cara que a nadie se le olvida.

10 años después, todos le siguen recordando, y tiene pinta de durar para siempre. La gente muere, viene y va, pero este caso no es normal. En Antonio se reflejaba la ilusión de un chaval que, sin querer hacer mucho ruido, lo hizo en vida. Miles son las palabras bonitas que muchas personas le han dedicado a él, y no es para menos. Antonio era un joven que estaba empezando a comerse la vida, a no parar de crecer como persona y futbolista. Seguía corriendo y regateando en esa banda izquierda que tantas tardes de gloria regaló a los sevillistas en tan poco tiempo, y pasando los años, da la sensación que nunca se fue, que sigue estando en la mente y en el corazón de todos, de personas de 60 años y de niños de siete años que no han tenido la suerte de verlo en directo jugando un partido. Él no se ha ido, está claro.

Sale el sol por la mañana...

Gracias a él, el sol salió el 27 de abril de 2006 en el Sánchez Pizjuán a eso de las 23.40 horas de la noche. Con él, el Sevilla en su temporada del centenario vio la luz al entrar por primera vez en su vida una final europea. La más especial y emotiva de todas. El minuto 100 de ese partido quedará recordado como el momento más especial que se ha vivido en toda la historia del sevillismo. Un clímax de felicidad nunca vista en este estadio. El gol que empaló a la escuadra era el inicio del mito, no lo hizo cualquiera, lo hizo él, Antonio. Él fue el encargado de recordar qué es el Sevilla Fútbol Club, tantos años vividos en una mediocridad absoluta fueron fulminados, y el primer ladrillo para construir el nuevo devenir del club lo puso él.

Gracias al gol de Puerta ante el Schalke, el Sevilla entró jugó por primera vez una final europea. Foto: Getty Images
Gracias al gol de Puerta ante el Schalke, el Sevilla entró jugó por primera vez una final europea. Foto: Getty Images

A pesar de hablar de fútbol, las personas no deberían de ser recordadas por los logros deportivos, sino por la humanidad y forma de ser. No todo el mundo tuvo la suerte de conocer a Antonio, pero su marcha para siempre dejó tocados a mucha gente. Su familia y amigos reflejaron lo mal que es perder a alguien tan especial; futbolistas como Aitor Ocio, Jesús Navas o Sergio Ramos fueron otros de los amigos de Antonio que se les rompió el corazón.

Los días siguientes en Sevilla después de aquel maldito 28 de agosto no eran precisamente los más felices de la ciudad. Dejó de existir la rivalidad por un momento y todos se unieron en la tristeza y la amargura de lo que es perder a una persona. El Betis tuvo un comportamiento ejemplar, y por un momento, parecía que ambas aficiones empezaron a hermanarse para poder acompañarse en el dolor. No había rivalidad ninguna, eran un solo equipo en el que a la hora de la verdad, ambos se tendrán siempre el uno al otro. Sevilla y Betis no son capaces de vivir el uno del otro, uno no entiende la historia si no está el otro equipo. Son hermanos de una misma madre, hermanos de una Giralda que esos días lloraba como una madre más viendo cómo sus hijos se abrazaron para consolarse y apoyarse. El Sevilla recibió la calor de una afición bética que siempre ha respetado a un Puerta que estaba enamorado de su equipo.

Pero no sólo el Betis se unió al dolor de ese adiós. Todos los equipos españoles y muchos extranjeros estuvieron al lado del Sevilla. Barcelona, Real Madrid, Milan, Schalke 04, Cádiz, Espanyol... y un sinfín de equipos se unieron en la tristeza del Sevilla, y de todos.

Muchos equipos rindieron homenaje a Antonio. Foto: Getty Images.
Muchos equipos rindieron homenaje a Antonio. Foto: Getty Images.

Minuto 16

10 años después, todo el sevillismo sabe qué significado tiene el número 16, un dorsal que dejó huella en Nervión e intentan cuidar ese número. No todo el mundo puede heredar el 16, tiene que ser alguien que entienda la responsabilidad de esa cifra. Jesús Navas sabe perfectamente el significado de ese número, por eso, pidió al club que lo llevara en su vuelta al Sevilla como homenaje a él.

El minuto 16 en el Pizjuán es algo inexplicable. Diez años después siguen coreando durante esos 60 segundos el nombre de él, algo que es habitual y tradición, y que es seña de identidad de los Biris y el resto de aficionados sevillistas.

Pero no es solo eso. El Sevilla está tan agradecido a la figura de Antonio Puerta que se encarga año tras año de recibir un homenaje en forma de partido para que jamás pueda ser olvidado. Equipos como Roma, Boca Juniors, Espanyol o Dépor tienen el honor de formar parte de ser invitados en un encuentro donde el resultado es lo de menos. Sólo con invitar a recordar quién era y es Antonio, merece la pena contribuir en la causa.

El boca Jrs tiene el honor de tener en sus vitrinas el 'Trofeo Antonio Puerta'. Foto: Getty Images.
El boca Jrs tiene el honor de tener en sus vitrinas el 'Trofeo Antonio Puerta'. Foto: Getty Images.

Calle Antonio Puerta

Si a Antonio le hubieran dicho que le pondrían una calle en su nombre, seguramente se reiría de algo tan barbarie como esa. Situada cerca de su casa y del Ramón Sánchez-Pizjuán, esa calle es una realidad. El distrito de Nervión aceptó de forma unánime poner su nombre en esa calle desde 2012, y muchos ciudadanos sevillanos se han acercado más de una vez para contemplar ese rótulo bien grande que pone 'Antonio Puerta' arriba en la pared. Algo que presume ese barrio y sobretodo, la gente que habita en esa calle.

La calle Antonio Puerta tras su inauguración. Foto: Getty Images.
La calle Antonio Puerta tras su inauguración. Foto: Getty Images.

Y no sólo tiene una calle en su nombre: centros deportivos, monumentos, libros... Todo eso tiene como titular el nombre del sevillano nacido en el barrio de Nervión. Un Antonio José que hoy en día tendría 32 años y que, diez años después, olvidarle es una utopía. La gente es más feliz pensando en él y recordándole como una de los mejores. La zurda de diamantes mirará desde el cielo y cada domingo entona con su bufanda del Sevilla aquello de: "Entre un te quiero y te quiero; vamos retumbando al cielo; y no puedo arrepentirme de este amor; animar a mi Sevilla, es para mí un privilegio; porque somos los guardianes de Nervión".