El Candín, Tuilla. Uno de los feudos más complicados para los visitantes año tras año. Hoy, el que visitaba era el para muchos principal favorito a campeonar, el experimentadísimo Marino. El encuentro no defraudó, y tuvo de todo.

Arrancó con alternativas, con intercambio de posesión y de golpes. El primero lo daría el Tuilla, en un cabezazo de Jaime Serrano a la salida de un córner que se fue rozando el larguero. El Marino lo intentaba, buscaba dominar y buscaba crear peligro-y lo conseguía- por la banda derecha, con un Félix Quero que fue el mejor del cuadro marinista y que desbordaba en todas sus acciones. A los 20, llegaría el primero, balón largo e indecisión de los centrales a su espalda, donde apareció, como siempre,  el más listo de la clase. Cristian controló orientado, se lanzó en carrera, se fue perfecto de Davo en la salida y definió. Gol. Golpe sobre la mesa del Tuilla en el partido, y al Marino que le afectó, pero pronto volvió a buscar crear peligro pero sin ocasiones que inquietasen a Gabri. Descanso

Importante debió ser la arenga de Oli a los suyos en el banquillo, porque el Marino salió como un ciclón. Movimiento clave de Oliverio, metiendo a Omar por Riki, y pasando a Iván a posiciones centrales, donde hizo más daño. En la primera del segundo tiempo, golpearían los gozoniegos. Falta lateral al centro del área, y Saavedra, que parece tiene un idilio con el gol ante el Tuilla, cabeceó inapelable. No se quedó ahí la ira del conjunto visitante, ya que sólo un minuto después, Quero recogió en la derecha, le hizo un sombrero a Borja Noval y empaló de zurda donde Gabri nunca pudo llegar. Tres de la segunda parte, y el Marino por delante. Tocaba la reacción dinamitera. Primero la opción fue a balón parado, pero el disparo de falta de Borja Noval lo atrapó Davo. Chuchi dio entrada a Juan Steven primero, que dio chispa en ataque, y al joven Borja, que sería decisivo en el devenir del partido. Dio un paso adelante el conjunto local, espoleado por una grada muy metida, y el Marino que fio su suerte a las contras. En una de ellas tuvo opción, pero el disparo de Óscar Pérez se fue alto. La tuvo clarísima Prendes, pero empaló alto casi en área pequeña. 

Últimos diez, y el Tuilla se lanzaba a por el empate. Dio Oli entrada a Trabanco, para ganar solvencia y centímetros en pos de defender el resultado, pero el empate llegó. Córner, cúmulo de rebotes y el balón que llegó a la frontal, donde esperaba Borja. El mierense empaló con el alma e hizo un auténtico golazo para nivelar un partido que ya merecía tal final.  

No se movería el marcador, y el empate llevó justicia a los visto en El Candín. Dos equipazos que buscarán un mismo objetivo, que no es otro que estar arriba. Toda una liga por delante.