El Sporting de Gijón saca músculo en el Nou Estadi y se impone con claridad ante el Nàstic de Tarragona por cero goles a cuatro. Los goles llevan la firma de Xavi Molina, en propia meta, Stefan Scepovic, Rubén García y Michael Santos. Sin duda, una hazaña muy poco común en una liga tan igualada como la Segunda División. Toda una declaración de intenciones, y es que con esta victoria los pupilos de Paco Herrera se sitúan al frente de la clasificación, a la espera de lo que haga el Tenerife en su visita a Zorrilla.
12 años después, la historia se repite
Hasta la fecha, los asturianos solamente habían sido capaces de derrotar al Nàstic en una ocasión. Casualmente, aquel triunfo, con Ciriaco Cano en el banquillo y que data de la temporada 2005/06, también se produjo en las primeras jornadas de liga, también en el Nou Estadi y con idéntico marcador.
Con el viento a favor
A pesar del arreón inicial del ariete nigeriano Ikechukwu Uche, que trató de superar a Mariño con una vaselina, la superioridad rojiblanca era palpable desde los primeros minutos de juego. Tanto es así que Carmona gozó de una oportunidad inmejorable para adelantar al Sporting en el minuto seis. El mallorquín, que a pesar de no "mojar" fue uno de los hombres más destacados sobre el césped, no resolvió bien la acción ante la salida de José Perales, el arquero local. El córner resultante sería rematado por Rubén García en el primer palo y, posteriormente, Xavi Molina acabaría por introducir el cuero en su propia portería al tratar de despejar el peligro. La suerte, en esta ocasión, le daba la espalda al Nàstic.
El primer tanto dejó muy tocados a los hombres de Lluís Carreras. Algo que aprovecharía el Sporting para generar más acciones de peligro. Moi Gómez pudo hacer el segundo de cabeza pero el remate final del valenciano se fue a las manos de Perales. El que no perdonó ante el cancerbero balear fue Stefan Scepovic. El serbio se había quedado con las ganas de marcar ante el Alcorcón y el Lugo y no estaba dispuesto a dejar a cero su cuenta goleadora por tercera jornada consecutiva. Previo pase filtrado de Carmona y ante la salida a la desesperada de Perales, Scepovic no tuvo más que cruzar su disparo para hacer el segundo de la tarde.
El golpe definitivo
Al filo del descanso, cuando el Nàstic pasaba por su mejor momento y parecía ser capaz de reengancharse al partido, Rubén García, el más listo de la clase, aprovechó un mal control de Bruno Perone en la salida de balón grana para plantarse solo ante Perales y batirle por abajo. Cometer ese tipo de errores con jugadores de la talla de Rubén en frente es, prácticamente, firmar tu sentencia de muerte. Mucho deberá mejorar el Nàstic para competir con garantías en Segunda División.
A placer
La segunda mitad apenas tuvo interés alguno. Un Sporting a medio gas aguantaba sin problemas las tímidas acometidas catalanas y trataba de incrementar su ventaja a la contra. Precisamente a través de esta fórmula llegaría el cuarto y definitivo tanto del partido. Moi Gómez fue el encargado de conducir el contragolpe y ceder para Michael Santos en el momento oportuno. Una vez en el área, el charrúa fue derribado por el cancerbero local y Cordero Vega, el colegiado del encuentro, señaló sin dudar el punto de penalti. Desde los once metros, con tremenda potencia y por toda la escuadra firmaba Santos el cuarto del choque y el segundo de su cuenta particular esta temporada.
Los último minutos sirvieron para ver el debut de Álex López con la camiseta del Sporting y para conceder los primeros minutos del curso a jugadores como Carlos Castro y Borja Viguera.