Cinco redactores de Villarreal VAVEL han tratado de concluir si sería procedente, o bien precipitado llevar a cabo la destitución de Fran Escribà tan solo dos fechas después del inicio del campeonato.

La opinión de Manrique Barbero

Quizá suene precipitado destituir a un entrenador tras dos jornadas disputadas cuando, el curso pasado, estableció la segunda mejor puntuación en la historia del Villarreal. Probablemente adjetivos tales como precipitado o sorprendente describan con veracidad la hipotética situación; pero esto no tiene por qué evitar que resultase procedente o justificable su despido. La falta de un estilo claro, de "mano dura" por parte del técnico y de resultados hacen pensar que se antoja necesario algún cambio significativo en el cuadro castellonense. A priori, la plantilla parece disponer de la calidad suficiente para competirle a cualquiera, por tanto, si la cosa no mejora rápido, Fran Escribà podría no acabar la temporada dirigiendo a los amarillos.

La opinión de Anna Ventepani

Sin duda Fran Escribá ha sido el gran señalado por este desastroso inicio de temporada del Villarreal, sin embargo, las numerosas bajas que ha sufrido el equipo y que han obligado al técnico a improvisar las alineaciones. Además, parece que la directiva no quiere un nuevo cambio traumático en el banquillo tras la repentina marcha de Marcelino el año pasado y todo lo que supuso después. Costó mucho superar esa situación y no hay intención de precipitarse en la decisión. Sin embargo, no se tuvo ese mismo pensamiento con otros entrenadores como Ernesto Valverde, que no llegó a estar ni diez partidos en el club.

Parece que el partido del Betis en el Estadio de la Cerámica podría ser decisivo para la continuidad del valenciano, pero la directiva no tiene nada claro qué sucederá con el míster. Si la situación continúa en declive podría suponer el fin de Escribá, y es que si algo no permitirá Roig será un ‘nuevo Garrido’ que desemboque en un descenso o en una temporada de sufrimiento por la permanencia. La plantilla está lista para dar mucho más, y parece que es el técnico el que no termina de dar la tecla de este grupo que sabe jugar al fútbol mucho mejor que como lo ha hecho en este inicio de temporada.

La opinión de Juan Villarroya 

El viernes en Anoeta durante el tiempo de descanso y viendo la imagen del Villarreal, todos incluyendo a los dirigentes teníamos claro que Escribá no podía continuar en el banquillo amarillo. Han ido pasando los días y a pesar de que sigue existiendo un convencimiento generalizado de que el técnico valenciano no puede revertir la situación, parece que tendrá después del parón tiempo para redimirse. 
Mi opinión en este caso es clara, haberle renovado al final de la temporada pasada sin estar convencido de la decisión tomada fue un grave error y destituirle tan pronto sería confirmar este error. Creo firmemente que no sería serio la destitución tras solamente dos jornadas, el club le ha dado a Fran Escribá de plazo hasta el próximo parón para que haga lo imposible para solucionar la crisis de juego y resultados. Si no lo consigue, su andadura como entrenador en el Submarino habrá llegado a su fin. 

Foto: Gema Gil (VAVEL España)
Foto: Gema Gil (VAVEL España)

La opinión de Israel Mallén

Echar a Fran Escribá tras dos jornadas de competición es un craso error. Principalmente por la sensación de inestabilidad que emana de un movimiento de tal calado cuando acabamos de estrenar septiembre. Dos derrotas no deben destrozar una planificación, fruto del esfuerzo de tres meses, en la que se ha confeccionado un equipo competitivo. Todavía es pronto para hablar de hecatombe grogueta; Escribá -el conjunto al completo- merece más tiempo. Pep Guardiola pereció en su debut frente al Numancia y a duras penas logró un empate frente al Racing de Santander en el segundo encuentro. Todo un FC Barcelona que llegó al parón de selecciones con tan solo un punto. Todos sabemos cómo terminó aquella escuadra. No hay que abandonar la ciudad condal para encontrar otro ejemplo similar, pues Anoeta -escenario de la última derrota del submarino- iba a ser la última gota del vaso de Luis Enrique. Aunque cada proyecto es un mundo, todos coinciden en que necesitan tiempo para consolidarse. Destituir a un entrenador antes del último mes del año es, salvo un desempeño ruinoso, precipitado.

La opinión de Arturo Encinar

"Este equipo tiene crédito" se ha hartado de repetir Fran Escribà augurando un cambio de rumbo en el juego y las sensaciones que, aún, no se ha producido. Sin embargo, actualmente quien está perdiendo su crédito es el entrenador. No sería justo ignorar la notable campaña que realizó en su primer año consiguiendo la segunda mejor cantidad de puntos de la historia del Villarreal en Liga, pero nada más. Ridículo en a Europa League, ridículo en la Copa del Rey y una idea de juego no muy apropiada para un equipo de altas miras: planteamientos excesivamente defensivos y jugar "a que no pase nada". 

Como se ha apuntado anteriormente, su renovación en junio fue un craso error, el cual se ha confirmado al ver la imagen del equipo tras haber trabajado Escribà toda la pretemporada. Se ha perdido el orden, el trabajo, la actitud y la verticalidad del equipo y solo se puede apuntar a un culpable y ese es un entrenador más dado a "hablar bajito" que a insuflar carácter e intensidad. El trabajo que dejó Marcelino se ha agotado y el trabajo de Fran Escribà no es suficiente para un equipo que quiere y puede aspirar a todo. El parón de selecciones era el momento de rectificar, con 36 jornadas por delante y con dos semanas para traer un nuevo técnico. Fran Escribà ha perdido su crédito y a partir de ahora cada partido será un "matchball" que tendrá que salvar.