Después de una semana atípica, en la que los internacionales se fueron incorporando gradualmente a la disciplina del equipo tras concentrarse con sus respectivas selecciones, el Barcelona volvía a la competición regular, tan solo unos días antes de estrenarse en Champions, nada menos que ante la Juventus. Y qué mejor motivación que un derbi para reiniciar la lucha por hacerse con los títulos. Los de Valverde tenían claro el objetivo a corto plazo: deshacerse del rival de la ciudad para seguir sumando de tres en tres, tras haber conquistado seis de seis en los dos primeros encuentros ligueros.

Sin Sergi Roberto, con molestias en la rodilla, pero con Suárez de vuelta tras superar la lesión que le había impedido debutar en Liga en la presente campaña, y Dembélé en el banquillo, ansioso por estrenarse con la azulgrana, los barcelonistas volvieron a encomendarse a su estrella. Messi siempre, y sobre todo. Y el 10 del Barça, que venía tocado emocionalmente por una nueva desventura con Argentina, se echó el equipo a la espalda, y hasta lo hizo parecer fácil.

Tras un minuto de silencio en la memoria del fallecido escritor catalán Joan Trayter, arrancó un encuentro que dominaron los culés sin contestación. Este control del cuero no se tradujo en ocasiones claras, hasta que llegó el primero de los barcelonistas, obra de Leo Messi. El argentino fue también el encargado de abrir brecha con el segundo, tras recibir de Jordi Alba, y de sentenciar con el tercero. Piqué, con un potente remate de cabeza, y Suárez, asistido por el debutante Dembélé, cerraron la goleada para dejar al Barcelona como líder provisional en Primera División.

Intensos y convincentes desde el inicio

La intensidad con la que el cuadro que dirige Ernesto Valverde saltó al verde llevó a provocar el primer saque de esquina del derbi, cuando apenas se había alcanzado el primer minuto de juego. Las carreras de Jordi Alba a todo lo largo de la banda izquierda volvieron a ser protagonistas en ausencia de un extremo, con Messi más descansado en el centro, haciendo funciones de interior, por detrás de Suárez y Deulofeu. El dominio en la posesión del Barça se hizo claro desde los primeros compases, con el Espanyol encerrado en su propio campo. Los azulgranas no regalaron ni un centímetro a su rival vecino, y pronto comenzaron a asomarse arriba.

Messi dirigió un centro a Suárez en el segundo palo, dónde el uruguayo tocó de cabeza lo justo para dejarla a Rakitic, que no pudo llegar al remate. Tras conceder una ligera tregua a los blanquiazules, momento que estos aprovecharon para ganarse un primer saque de esquina que no tuvo consecuencias, el cuadro azulgrana volvió a animarse. El siguiente atisbo de peligro que dejó el Barça llegó con una falta de Diop sobre Messi, que ejecutó el argentino para poner en apuros a Pau López. El cancerbero pudo detener en dos tiempos, en el que era un aviso del ídolo barcelonista.

Messi fusiló a Pau López en modo 'killer' para abrir el marcador

Se fue estirando el Espanyol, al ver que la posesión del Barcelona no pasaba de eso: tenía el cuero durante más tiempo en los pies, sin transformarlo siquiera en ocasiones de peligro. Hasta que llegó el gol de Messi, en un estilo ‘killer’ más propio de su buen amigo Suárez. Recibió en el interior del área, desestabilizó a su marcador y colocó el disparo que fusiló a Pau López. Pam pam. El máximo goleador de los derbis volvió a batir a una de sus víctimas favoritas.

Messi celebrando una de sus tres dianas al Espanyol | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Messi celebrando una de sus tres dianas al Espanyol | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Messi, sediento de gol

Los azulgranas, liderados por Leo, fueron a por más. Suárez fue el encargado de probar suerte en la siguiente acción a balón parado, fruto de una infracción por manos, pero su lanzamiento de falta se estrelló en la barrera defensiva. De seguida se produjo una combinación entre Rakitic y Messi: el croata entregó el cuero al argentino, y éste le devolvió la pared al ex del Sevilla, que no pudo definir. Estuvo cerca de caer el segundo del Barça fruto de una asociación que ha ido agarrando fuerza con el paso de las semanas.

El Barça, que trabajó de forma impecable a nivel colectivo, no tuvo errores en la salida de balón y no dejó apenas espacio para que el rival pudiese crear peligro. Fue precisamente de otra conexión letal que se produjo el segundo de los culés: Messi no pudo superar en el dribling a David López, sin embargo Jordi Alba estuvo alerta y recogió el cuero para entregárselo de nuevo a Leo. A tus pies, le dijo. Y el argentino, que volvía de su concentración con la selección con ganas de recibir el mimo de los que le veneran como Dios de forma incondicional, sin cuestionarle ni por un instante, solo tuvo que empujar el esférico apenas para superar a Pau López de nuevo.

El Espanyol, que contemplaba el recital de Leo como desde la distancia, dispuso de su mejor ocasión en el primer período con un chut de Piatti, que ganó la posición y ya sin oponente colocó un disparo ajustado que se estrelló en el travesaño. Intento frustrado para los blanquiazules, que se fueron al descanso en desventaja 2-0. En la reanudación Deulofeu dejaba clavado a Aaron con una jugada de velocidad, cediendo para el posterior control de Iniesta, que asistió a Suárez. El uruguayo remató, pero se encontró con un atento Pau López, que le negó el tercero al charrúa.

Debut de Dembéle y traca final

El Espanyol corrió detrás de la pelota, pero quien dominó y jugó a placer fue el Barcelona. Aún así los pericos aprovecharon los despistes de la defensa para dar el susto, como en el remate de Piatti tras un error de Jordi Alba, que pretendía ceder a Ter Stegen. Sin embargo, el argentino se precipitó para chutar con el pie que no domina y perdió precisión en el disparo. El Barça dispuso de más espacio para las transiciones en la segunda mitad, de ahí las frecuentes combinaciones, muchas de las cuales acabaron sin recompensa.

Los azulgranas fueron una piña | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Los azulgranas fueron una piña | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Una acción colectiva que fabricaron Rakitic, Messi y Suárez concluyó con el remate fuera del uruguayo. El conjunto de Valverde, que realizó un partido muy completo a nivel colectivo, no aflojó en intensidad, e incluso tuvieron la suerte de cara para mantener la portería a cero. Aaron destinó una pelota centrada a Baptistao, que remató con potencia, pero se encontró con el providencial rechace de Umtiti casi bajo palos. Del posible 2-1 se pasó al 3-0, con Messi como protagonista una vez más. El argentino se apoyó en Suárez para después recoger un rechace y hacer el tercero, abriendo así una brecha considerable en el marcador.

Dembélé hizo su debut con la elástica azulgrana y Paulinho se estrenó en el Camp Nou

El resultado era idóneo y el momento perfecto para el ansiado debut de Ousmane Dembélé. El flamante fichaje procedente del Borussia Dortmund saltó al terreno de juego en el minuto 68 en sustitución de Deulofeu, con quien luchará por un puesto en el once titular. Quedaba fiesta para rato, y el francés no sería un mero espectador. Antes del pitido final, Rakitic picó un córner cerrado que colocó en la frontal del área pequeña, desde donde saltó Piqué para ganar en el salto a Hermoso y marcar el cuarto con un potente remate de cabeza.

La goleada la cerró Luis Suárez, para acabar con la sequía y pasar página. El charrúa recibió una asistencia de Dembélé y no tuvo piedad ante Pau López para firmar el quinto y definitivo de una noche positiva, en la que el aficionado disfrutó con su equipo, orgulloso de proclamarse vencedor del derbi y de ponerse arriba del todo en la tabla clasificatoria, al menos de forma provisional. El Barça dormirá líder el sábado.