La Sociedad Deportiva Eibar cayó el pasado sábado en el Sánchez Pizjuán por 3-0. Marcador aparte, en ese encuentro quedó muy a las claras una importante carencia ofensiva, ya que los armeros no generaron peligro ni siquiera cuando el marcador era adverso. El dato que cobra relevancia en este caso es que tan solo han hecho un gol (contra el Málaga) en los tres partidos de Liga jugados hasta ahora.

El planteamiento falló

No fue un partido con un fútbol vistoso por parte de ninguno de los dos equipos. Los visitantes, sabedores de que se enfrentaban a un rival muy poderoso, decidieron plantar cara en un principio presionando para dificultar que el dinamismo del balón le sirviera al Sevilla para encontrar la puerta de Dmitrovic. Pero con el paso de los minutos la defensa armera se fue viniendo abajo y los sevillistas comenzaron a incordiar más. Aunque el marcador siguió 0-0 hasta el descanso, parecía claro que, si la disposición seguía siendo la misma, en la segunda parte el Eibar no tardaría en encajar. Para colmo de males sobrevino la lesión de Iván Alejo. Al extremo derecho armero se le veía motivado a pesar del mal momento colectivo.

La delantera, aislada

Ganso firmó la sentencia prematura casi inmediatamente después de volver al campo. Corría el minuto 48 y el desenlace estaba escrito por la inoperancia ofensiva de un equipo cuyos atacantes (Enrich y Kike García) se desesperaban por no encontrar vías libres. A partir de ahí los de Mendilibar no solo no se repusieron, sino que ni siquiera se acercaron a la meta de Sergio Rico, quien poco más tuvo que hacer salvo observar desde la distancia a Ben Yedder y Nolito cerrar la cuenta.

Mendilibar admitió la pasividad de los suyos: ''Ellos han sido mejores que nosotros durante todo el partido. En el primer tiempo hemos aguantado más, pero casi todas las ocasiones las han hecho ellos. No hemos sido capaces de asustarles en ningún momento, no hemos tenido chispa, velocidad y determinación para meterles miedo''.