El mítico “21” blanquinegro, Pablo César Aimar, volvió a Mestalla para disfrutar del encuentro que enfrentaba al conjunto che y al Atlético de Madrid. El jugador disfrutó el partido desde el palco VIP de Mestalla rodeado de un ambiente que se mostró muy cariñoso con él, ya que Aimar jugó en el Valencia en la mejor etapa de la historia del club, marchándose como un ídolo para gran parte de la afición, que se así se lo recordó antes del inicio del encuentro.

Tras confirmarse su presencia a través de la megafonía del Mestalla, su imagen apareció en los videomarcadores desencadenando una calurosa ovación entre gritos y aplausos para darle la bienvenida. El mago Aimar pudo volver a escuchar el cántico tan cariñoso que los aficionados siempre cantaban en el estadio. “Vamos Pablo Aimar, que la gloria volverá, como Kempes y el Pijo, otro pibe inmortal”, así lo rememoraban los aficionados tras apagarse los aplausos. El cántico lo inició la Curva Nord y se propagó por todo el estadio minutos antes del inicio del partido.

Aimar es entrevistado por la prensa del club. | Fuente: Valencia CF
Aimar es entrevistado por la prensa del club. | Fuente: Valencia CF

Cinco temporadas de historia

Pablito llegó a las filas del Valencia en 2001 procedente del River Plate por 22 millones de euros, un precio que demostró con su valía en el campo. El argentino fue una pieza clave en el esquema che en la temporada 2001/02 y lideró al equipo a lo largo de la temporada, consiguiendo la quinta liga del Valencia. En la siguiente temporada también rindió a un buen nivel, pero no consiguieron ningún título.

Su destreza, maestría y liderazgo en el terreno de juego hacían que el Valencia levantará el trofeo de la Liga y la UEFA Cup en la temporada 2003/04, además de la Supercopa de Europa en la campaña de 2004/05. Una serie de lesiones lo apartaban continuamente del terreno de juego, por lo que no tenía muchos minutos en el Valencia y en el verano de 2006 era traspasado al Zaragoza.

Su marcha no gustó a muchos aficionados, que lo despidieron como ídolo, tras dar la mejor época de la historia al club con la conquista de los variados títulos y con su juego insaciable. Su entrega en el Valencia nunca fue cuestionada, siempre salía del campo agotado tras dar lo mejor de sí. Algunos de sus números lo corroboran, jugó 189 vistiendo la equipación valencianista, en los que cosechó 30 goles y 12 asistencias, además de todos los kilómetros recorridos en el terreno de juego y los incontables regates, pases y robos.