El Valencia hizo uno de los mejores -si no el mejor- partidos de lo que llevamos de temporada. Pasó por encima del Málaga de Míchel que apenas se le vio metido en el partido.

La importancia de los movimientos

El Valencia CF salió desde el minuto uno a dominar el partido y ganarlo. Buscó sacar el balón jugado desde atrás y para ello se guió de jugadores como Parejo o Kondogbia, pero otros como Soler, Guedes o Mina realizaron desmarques de apoyo para recibir el balón y descargar al primer el toque logrando así desatascar alguna complicación provocada por la presión del Málaga.

Estos desmarques de apoyo también se produjeron para generar ocasiones. Gracias a ellos, se crearon espacios libres que podían ser aprovechados y ocupados por otros jugadores. Soler y Guedes estuvieron tirando desmarques diagonales todo el partido para favorecer el desdoblamiento de los laterales. Por su parte, Santi Mina lograba crear dudas a la zaga malaguista que no sabía si seguirle o guardar la posición y que el de Vigo recibiera solo.

Pero no todos fueron desmarques de apoyo. Carlos Soler realizó varios de ruptura que cambiaron el curso del partido. El primero de ellos le valió para poder realizar el centro que Mina remaría para el 1-0 y otros generaron muchos problemas a la defensa de los de Míchel.

Pese a que Rodrigo saliera por Zaza, asumió un rol muy parecido al de Mina y que él mismo había estado desempeñando jornadas anteriores. Un juego lleno de muchos movimientos y apoyos, y en una de estas jugadas una buena pared y un buen desmarque cerró el partido con el 5-0.

Situaciones de pressing/repliegue

A Marcelino le gusta defender antes que atacar, y eso se ha visto demostrado en los pocos goles que lleva encajados el Valencia con respecto a la temporada pasada (11 goles recibidos en la jornada cinco de la temporada 2016-2017 y solo tres en la temporada actual).

Por ello, su modelo de juego, y su sistema, van enfocados a un repliegue (intensivo en ocasiones) cuando el equipo no tiene el balón. Sin embargo, contra equipos inferiores, como Las Palmas la primera jornada de liga, o el Málaga en esta ocasión, Marcelino pide a sus futbolistas que incomoden al rival cuando quiera salir jugando desde atrás, obligándole a precipitarse.

También busca que sus jugadores realicen este pressing cuando pierden en balón, de forma que el rival no pueda iniciar el contraataque. Si el contrario es capaz de superar esa presión tras pérdida, entonces sí que se produce un repliegue de todo el equipo donde las dos líneas de cuatro se juntan cerrando espacios y líneas de pase.

Esta idea de pressing tras pérdida queda ejemplificada en el tercer gol del Zaza, en el cual el Valencia busca un ataque mediante Santi Mina, este pierde el balón, pero Simone ya ha hecho la presión y consigue robar el balón para después batir a Roberto y poner el 4-0.

Concentración defensiva

El Valencia CF anotó cinco goles y eso es muy positivo, pero tampoco recibió ninguno y eso es también algo que se debe destacar.

La zaga che mantuvo la concentración y la seriedad durante todo el encuentro lo que le permitió poder defender bien las jugadas de ataque de peligro del Málaga, que mayormente fueron por banda. El repliegue permitió mantener las líneas juntas y anular el juego interior de los boquerones.

El Málaga solo ha marcado un gol en cinco jornadas debido a su gran desacierto en los metros finales a la portería rival. Esta vez, además de esos fallos en decisiones o falta de ambición e ideas, debemos añadir la gran labor de la defensa del Valencia CF y de su guardameta, Neto, que en lo poco que tuvo que intervenir se le vio ágil y veloz, lo que permitió que las ocasiones más claras del Málaga no acabaran en gol.

Y, por fin, los goles

El conjunto de Marcelino logró marcar más goles en este partido que en las cuatro jornadas anteriores. El cambio de Mina por Rodrigo le vino muy bien a los che y el ex del Celta de Vigo pudo anotar su primer gol esta temporada.

La banda derecha se convirtió en un medio perfecto por el que pasaban balones, que, si no acababan en gol, estaban muy cerca de hacerlo. Zaza supo aprovechar esta situación y dos de sus tres goles llegaron por dicho costado. El ariete valencianista consiguió por fin lo que llevaba buscando mucho tiempo, marcar, algo que se le había estado resistiendo, pero que, una vez hecho el primero, los demás cayeron solos.

Se había hablado mucho del trabajo “sucio” que hacía Rodrigo en los partidos, realizando movimientos y desmarques continuos para generar ocasiones, pero también se le había criticado por su falta de pegada. En el poco tiempo que jugó el español contra el Málaga fue capaz de poner la guinda a la gran actuación valencianista con un gran gol precedido de una espectacular pared con Guedes que anuló a la defensa malaguista.