Después de la derrota de ayer en Pamplona, el Sporting parece haber tocado fondo. El resultado, a pesar de no ser muy abultado, muestra con claridad como la falta de ideas y de creatividad están calando en Mareo, y de manera negativa, como no podía ser de otra manera. Aún así, nadie puede dudar del inmenso trabajo realizado por el Osasuna en la tarde del domingo. Poco tiene que ver con la imagen que presentaron los asturianos en El Sadar. Un equipo pobre, sin ilusión ni esperanzas de recuperar los balones, un equipo que está muy lejos de prestar el rendimiento esperado a principio de temporada. 

Los cambios no parecen ser una buena revolución dentro del campo; los fichajes no están funcionando como en un principio se les pedía, y los incondicionales, como puede ser el caso de Carmona, el domingo, no tuvieron su mejor día. Algo falla en el planteamiento de los encuentros, Paco Herrera no da con la tecla, y los jugadores parece no han vuelto de las vacaciones de verano. Y es que a pesar de que parece que de momento salen las cuentas, lo cierto es que la mala imagen que ofrecen los rojiblancos no invitan a la ilusión. Y menos aún para los aficionados, cansados de los desastres deportivos del Sporting en los últimos tiempos. 

'San' Mariño, el mejor del partido

Si no es por el portero rojiblanco, el saco de goles de este domingo podría haber sido mucho mayor. La falta de precisión por parte de la defensa y del medio del campo, así como la delantera hicieron que Diego Mariño tuviese el doble de trabajo del habitual. Sin embargo, supo dar la talla en todas y cada una de sus actuaciones, convirtiéndose ya en uno de los héroes del sportinguismo. Se mantuvo en todo momento concentrado, dentro del partido, algo que muchos de sus compañeros no pueden decir. Actualmente, es el mejor de la plantilla, como no podía ser de otra manera, el mejor de un encuentro fatídico para los asturianos.