El Real Betis ha marcado ocho goles en los últimos dos partidos. Cuatro al Levante en casa y cuatro a la Real en Anoeta seis días después. Esto es algo a lo que no está acostumbrada la parroquia verdiblanca, ahora extasiada tras el dulce momento en el que se encuentra su equipo. Hasta el día del Levante, las tres victorias anteriores fueron por la mínima: Celta (2-1), Deportivo (2-1) y Real Madrid (0-1). Lo que pasó en la segunda parte contra el Levante (el primer gol llega en el 47’) hacía años que no ocurría, y lo del pasado sábado fue ya un auténtico homenaje al fútbol ofensivo.

Pero no todo fue de color de rosa. El Betis metió cuatro goles, sí, pero solo valieron un punto. Adán tuvo que recoger hasta en cuatro ocasiones el balón del fondo de la red. El equipo atacó de maravilla, pero defensivamente dejó mucho que desear. En el primer gol, Mandi pierde totalmente la posición de su marca, Willian José, que llega desde atrás y remata el centro totalmente solo. En el segundo el gol el que falla es Durmisi, cuya mañana fue todo un calvario. Fue más que superado por Oyarzabal. Tras el pase desde el lateral de Rodrigues, Oyarzabal se adelantó al lateral danés y mando el balón al fondo de la red. Pero lo peor es que hasta tres jugadores txuri-urdin estaban solos en mitad del área bética. En el tercero falla toda la defensa al completo. Para empezar Mandi está más adelantado de lo normal, Barragán pierde la marca de Juanmi, Feddal está poco contundente, Willian José supera a Mandi, el cual se desinteresa de él y va hacer la cobertura a Feddal, y por último Durmisi está mal situado. Esto hace que el balón se pasee de lado a lado del área y Xabi Prieto remate a placer. Por último en el cuarto tanto Barragán como Mandi (el argelino no tuvo su mejor día) pierden su marca en la defensa del córner y tanto Zurutuza como Diego Llorente entran solos al remate.

Todos estos fallos condenaron a un Betis que se adelantó hasta en tres ocasiones en el marcador y se marchó con la sensación de que se habían escapado dos puntos, en vez de haber ganado uno.