El aterrizaje de Patrick Kluivert sobre la Ciudad Condal dejaba sobre la Ciutat Esportiva los lienzos de un cuadro con muchas historias todavía por contar. La marcha del holandés del París Sant-Germain como director deportivo a finales de temporada incluía la salida de su hijo Shane, en las filas del conjunto parisino durante la estancia de su padre en los despachos del PSG. La saga Kluivert, siempre de la mano, inicia el nuevo curso bajo el cielo de Barcelona, la ciudad que logró engrandecer la figura de su padre y que el tiempo dirá, si con paciencia, rubrica la estela de Shane, un prodigio que late a un ritmo vertiginoso.

Al igual que su padre, Shane Kluivert demuestra su soltura en el área a pesar de la inocencia de sus 9 años. Rápido, eléctrico y brillante, Shane ha llegado este curso a La Masía para impregnar la 'calidad Kluivert' desde sus entrañas. En las filas del Alevín C de Daniel Horcas y Alexis Pintó, el pequeño Shane se enfundó por primera vez la elástica azulgrana ante el Sant Gabriel en un amistoso sobre el tapiz de la Ciutat Esportiva, deleitando en su estreno con un golazo ‘made in Kluivert’. En la goleada protagonizada por los azulgranas (5-0), Shane culminó una jugada marca de la casa con un disparo potente, ajustado e imparable para el guardameta. El primer tanto con la camiseta del Barça tenía celebración asegurada: una dedicatoria a su padre.

Enfundado con el ‘9’ a la espalda, Shane quiere seguir la estela de su progenitor, que logró consagrarse como un mito bajo los focos del Camp Nou defendiendo con todos los honores la elástica azulgrana durante seis temporadas, logrando la friolera de 122 goles para la historia del club. Shane cabalga a pasos agigantados en un talento que no tiene límites. Sin pesarle el apellido que ostenta, el pequeño de los Kluivert logró convertirse este verano en el deportista europeo más joven en firmar un contrato de patrocinio al rubricar su primer contrato con Nike. Sonriendo con tintes de humildad, Shane quiere seguir consagrándose sobre el verde como la joya a pulir con más esmero de La Masía.