El Rayo Vallecano vuelve a conseguir la victoria ante su afición. Un 4-1 que devuelve la ilusión a la parroquia de Vallecas. El Valladolid, que venía con la moral por las nubes, tras haber vencido al Córdoba por una goleada, no fue capaz de desarrollar su juego en un campo que se antoja como fortín para los vallecanos. Los madrileños comenzaron con las ideas claras el encuentro y eso les proporcionó la superioridad necesitada. Míchel consiguió la segunda victoria consecutiva en casa plasmando su idea.

Pocos cambios

El Valladolid se plantó en Vallecas prácticamente con la misma alineación que le otorgó la victoria ante el Córdoba por una goleada contundente, 4-1. Tan sólo con la novedad de Toni en el once inicial en sustitución de Hervías, que saldría en los últimos instantes del partido. Luis César no quiso arriesgar ante las molestias que sufría el centrocampista logroñés. Míchel, por su parte, optó por mantener a los mismos hombres que cayeron en el Alcoraz, a pesar de tener jornada intersemanal. Siendo la tercera jornada consecutiva en la que repite alineación. Con este mismo planteamiento consiguió que tres puntos se quedaran en casa ante la Cultural y Deportiva Leonesa.

Control del juego desde el primer minuto

Ambos equipos saltaron al campo con ganas de posesión, de controlar el juego. Pero la primera ocasión llegaría por parte del Rayo, que tenía hambre de gol, puesto que varios jugadores intentaban rematar a potería, sin mucho acierto.

Desde los primeros minutos existieron bastantes interrupciones -lo que posteriormente provocaría que el colegiado añadiera dos minutos en el descuento-. Pero estas interrupciones favorecían mayormente al Rayo, que se volvía cada vez más incisivo.​

La ambición que tenían los locales no tardaría mucho en verse recompensada. Trejo robó un balón y pudo conectar con Embarba, quedándose solo ante el portero. Supo resolver con superioridad y poner a pocos minutos del inicio, a su equipo por delante.

Minutos después, un despiste de la defensa franjirroja pudo provocar que el partido volviera al empate. Pero Alberto García estuvo atento parando un balón a por el que iba Mata con todas sus fuerzas, tras un robo a un jugador del conjunto local.

Sin cambios tras el primer gol

El partido seguía sin un dominador claro. Pero el pichichi del Rayo, Trejo, en otro descuido de la defensa blanquivioleta, pudo conseguir un balón que iba perfectamente al espacio y plantarse ante Masip. Tuvo alguna duda acerca de su posición, lo que hizo que el tanto sólo tardara unos segundos más en llegar, pero llegó. Y el argentino logró el segundo tanto para su equipo.

Los visitantes buscaban soluciones

Tras los dos goles en contra, el Valladolid trataba de recuperar el control del encuentro y tener más tiempo el balón, pero las interrupciones seguían marcando los tiempos. El Rayo seguía intentando aumentar su distancia en el marcador, pero con menor preocupación. Aun así la defensa visitante tuvo que intervenir en alguna ocasión, pero resolviendo con mayor solvencia que en acciones anteriores.

Poco a poco el juego combinativo fue disminuyendo y las ocasiones que llevaban mayor peligro, por parte de ambos conjuntos, eran las derivadas de acciones a balón parado.

Castigo para los visitantes

Pero en una acción cosechada por el conjunto local con una gran calidad, Unai López sufrió una falta en el área pequeña. Ocasión que no desperdició Raúl de Tomás para poner el tercero desde los once metros y abultar el resultado.

Tras ir por delante en el marcador, en los últimos minutos de la primera parte, el Rayo podía estar más tranquilo y jugar a su juego. Un hecho que el Valladolid intentaba evitar mediante faltas.

El Valladolid no dio el encuentro por perdido

Luis César no quería dar el partido por perdido, y a pesar de la gran diferencia que existía entre ambos equipos, hizo dos cambios buscando al revulsivo. El Rayo, aunque iba ganando, tras el paso por vestuarios, efectuó una primera llegada de peligro por banda izquierda. Señal de que buscarían aumentar la ventaja. Pero el Valladolid fue capaz de poner el primer gol del segundo tiempo. Óscar Plano recibió el esférico dentro del área y pudo batir a Alberto García.

Ambos conjuntos seguían buscando goles, hasta que Villalibre cayó en el área, hecho que le costó la tarjeta amarilla. Y una tarjeta roja también fue para Luismi, que ahora desde el banquillo, protestó la acción.

El Rayo ya sólo debía experimentar

El juego del Rayo disminuía cada vez más en la segunda parte. Michel, al ver el juego de sus hombres, tomó la decisión de incluir a Abdoulayé Bá en el terreno de juego sustituyendo a Raúl de Tomás, para cambiar su estilo e incluir dos hombres arriba, pero preocupándose mayormente por la defensa con tres centrales y en no encajar más goles. Teniendo dos carrileros para sumarse al ataque. Con este cambio de formación, los madrileños cada vez se iban cerrando más y a los visitantes les costaba todavía más hacer su juego.

Los vallisoletanos, K.O.

En los últimos minutos el Valladolid buscaba recortar distancias, pero quien logró perforar la portería rival fue el Rayo. Embarba logró su segundo gol de la tarde tras una prolongación que Aguirre conseguiría hacer a un balón lanzado por Alberto García. Esto hizo perder la fe a los vallisoletanos, y provocó que el Rayo siguiera intentando buscar el quinto, sin fortuna, hasta que el colegiado pitó el final del encuentro.

Sin descanso

Ahora el Rayo tendrá que mantener la euforia que le proporcionen los tres puntos conseguidos para recibir el próximo jueves en Vallecas al Almería, que viene de perder ante el Huesca. Mientras que el Valladolid no tendrá mucho tiempo para digerir esta dolorosa derrota, pues el mismo jueves recibirá al Alcorcón y tendrá que volver a la senda de la victoria si quiere seguir peleando en los puestos de arriba.