Pasan los días, las semanas, las jornadas. En apenas un chasquido de dedos ha transcurrido prácticamente la quinta parte del campeonato. Nos encontramos en el ojo de huracán competitivo. Una falsa calma, justificada por el amplio margen que todas las escuadras aún tienen por delante, pero en la que  el grano y la paja comienzan a quedar a un lado y a otro del cedazo. 

A algunos el paso de estas pocas -o muchas según se mire- jornadas les está apretando el nudo de la corbata en preocupante demasía. Es el caso de los equipos navarros, de los cuales tres ocupan cuatro de las plazas en el vagón de cola. Osasuna Promesas, Izarra y Peña Sport suman en conjunto menos victorias y puntos que el cuarto equipo foral en liza, el Tudelano. Precisamente a costa de los de Tafalla, que ocupan la última plaza sin haber puntuado aún, lograba desatarse el Leioa en Sarriena hace una semana, con un contundente tres a nada. Tranquilidad para los de Lambea, que con ocho puntos se sitúan ahora en la senda del suma y sigue.

En la parte tranquila también se encuentran los blanquillos, que tras salvar un empate casi in extremis en el primer derbi regional del año ante Osasuna, se confirmaron como uno de los dos únicos bloques del grupo sin conocer aún la derrota, junto al puntero Mirandés. Sin embargo, la asignatura pendiente de los tudelanos es ganar como anfitrión. Tendrán dos oportunidades consecutivas para lograrlo, con la visita de los vizcaínos y del Logroñes la semana próxima.

A pesar de dar por buenas las igualadas conseguidas en casa ante Barakaldo, Burgos y Lealtad, lo cierto es que en casi trescientos minutos de juego en lo que va de curso, los espectadores del Ciudad de Tudela no han podido cantar un gol de los suyos ni tan siquiera lamentarse por haber encajado: doscientos setenta minutos, cero goles. Conjura tudelana para reventar las redes rivales por fin y poder brindar así un triunfo, el primero de la temporada en su feudo a las gradas del viejo fortín ribero, necesitadas de emociones tras los sinsabores del ejercicio pasado. Tener el honor de abrir la lata de la temporada en territorio ajeno también puede ser un acicate para los invitados de esta tarde, que en su última comparecencia en estas instalaciones arañaban una victoria por la mínima (0-1).

El Leioa es un conjunto renovado tras una gran actuación a lo largo de la última temporada que les hizo saltar a la palestra en el siempre complicado grupo segundo. Tan sólo cuatro efectivos responsables de tal rendimiento siguen en la disciplina vasca, que ha vuelto a llenar sus filas combinando un importante elenco de jóvenes talentos del fútbol base en Euskadi con otros nombres más contrastados en la categoría; Magdaleno, Morcillo, Goti, Aspas, Leandro o Yosu, en su gran mayoría viejos conocidos de los locales, llamados a dar un salto de calidad aún por confirmar.

Jon Ander Lambea podrá contar con la totalidad de sus jugadores para afrontar el compromiso, precisamente al contrario de Valencia y Ros. A pesar de reincorporar a uno de sus puntales defensivos, Lalaguna, han perdido esta semana a Álex Sánchez y Óscar Vega, uniéndose así a otras dos importantes bajas que arrastran los albinegros. Vélez y Delgado son la otra dupla de imprescindibles que siguen entre algodones y tampoco estarán presentes en el encuentro, que tendrá lugar en el marco de actos organizados en la capital ribera con motivo del Día Mundial del Cáncer.