El Sporting logró vencer en su partido del sábado en El Molinón ante la atenta mirada de sus seguidores al Sevilla Atlético, por tres goles a cero, en un encuentro en el que la afición pudo volver a casa con una sonrisa de oreja a oreja tras ver triunfar de nuevo a su equipo.

Y una parte importante de esa alegría tuvo la culpa Michael Santos, el uruguayo vuelve a enamorar a El Molinón y la seguridad que le transmite esa historia de amor la demuestra en el verde, donde ayer, mostró que tiene calidad de sobra para ayudar a los rojiblancos a conseguir el objetivo de regresar esta misma campaña a Primera División.

El uruguayo fue el mejor del partido los minutos que estuvo en el terreno de juego, ya que tuvo que retirarse tras un fuerte choque con el guardameta del Sevilla Atlético. El charrua sacó a relucir sus dotes de genio ante su público, ávido de ver a su Sporting vencer de nuevo. Santos se lució en las jugadas de ataque del Sporting, y en el gol de Stefan Scepovic, del cuál se hacia partícipe con una asistencia de tacón para que el serbio "abriera la lata".

La verticalidad del de Montevideo destaca cada vez que coge el balón, las jugadas de peligro, a contra golpe, vienen casi siempre de sus botas, la velocidad y lucha del uruguayo no deja indiferente a nadie y ayer no fue una excepción.

Precisamente cuando el siete rojiblanco se disponía a ayudar a a su equipo con una nueva ocasión de peligro en una de sus ya típicas arrancadas por la banda, fue cuando, obligado por un fuerte golpe con Caro, el meta del filial sevillista, tuvo que retirarse aturdido del terreno de juego. A pesar de no marcar, ayudó al equipo con una asistencia y puso una vez más su magia a disposición del público sportinguista.