Sólo ocho jornadas de LaLiga y la primera vuelta de la fase de grupos de la Champions League han bastado para que las aguas bajen revueltas en el conjunto de Nervión. La transición del proyecto de Jorge Sampaoli al de Eduardo Berizzo no está siendo del agrado de la afición sevillista, quien no ve con buenos ojos la marcha de una de las temporadas más ambiciosas para los hispalenses. Además, a esto se suma la dolorosa salida del club de Ramón Rodríguez “Monchi” como Director Deportivo, quien ha marcado un punto de inflexión en la historia de la entidad andaluza.

A pesar de ello, el equipo marcha bien clasificado en LaLiga, en una quinta posición con 16 puntos y un muy buen bagaje defensivo, habiendo recibido sólo cuatro goles en contra. Sin embargo, una de las críticas más importantes apunta a los planteamientos demasiados conservadores del técnico argentino, los cuáles han provocado una baja producción ofensiva de nueve tantos conseguidos. Este contraste respecto a la etapa de Berizzo en el Real Celta de Vigo está ocasionando que no se estén cumpliendo las expectativas puestas en él. De igual manera, no han sentado bien las dos derrotas frente a rivales directos por entrar en competición europea, Atlético de Madrid y Athletic de Bilbao, en las que más allá de los resultados, lo más preocupante fue la falta de actitud y ambición para ir a por la victoria.

Por su parte, la Champions League tampoco está sirviendo para calmar los ánimos porque el sistema de rotaciones no está dando los resultados esperados. Al contrario, en vez de mantener a los jugadores frescos y enchufados, está provocando una falta de continuidad que no permite sentar una bases sólidas. Muestra de ello fue la goleada sufrida contra el Spartak de Moscú por 5-1 en la que se volvió a ver la imagen de ese Sevilla FC que baja los brazos ante las adversidades y sin líderes dentro del terreno de juego. Hasta tal punto quedó tocado el equipo que tras el partido fue tendencia en redes sociales el lema “Berizzo vete ya”.

Ante este panorama, el conjunto de Marcelino debe seguir creciendo como equipo, corregir errores y aprovechar su buena dinámica de resultados para dar otro golpe encima de la mesa venciendo al equipo sevillano. Esto serviría para sumar una nueva confirmación de la transformación valencianista respecto al año pasado. Así pues, se eliminaría  esa imagen de “equipo aspirina” que resucita a rivales en horas bajas para prolongar el mal momento de los del Sánchez Pijzuán, tal y como se hizo contra la Real Sociedad y Athletic de Bilbao.