Una de las temporadas más recordadas por los aficionados alavesistas es la 1994-95. Al finalizar la misma, el equipo conseguía el ansiado ascenso a Segunda División que tanto había costado. Y ese ascenso dio paso a una época gloriosa de los babazorros.

Primero llegó Lluis Codina

Lluis Codina nació el 17 de febrero de 1973, en el pueblo barcelonés de Taradell. Empezó jugando en las categorías inferiores del equipo de su pueblo natal, hasta que se enroló en el equipo de L'Hospitalet durante las temporadas 1992-93 y 1993-94. De ahí pasó al Deportivo Alavés. Su escurridizo cuerpo y su agilidad para atacar la meta contraria hicieron que los técnicos alavesistas se fijasen en él para acometer el quinto intento de ascenso a Segunda División, de la mano de Txutxi Aranguren.

Lluis Codina, recordando su paso en el Alavés. Fuente: deportivoalaves.com
Lluis Codina, recordando su paso en el Alavés | Fuente: deportivoalaves.com

Se adaptó perfectamente a la ciudad y al nuevo equipo, y sus comentarios favorables harían que su ex compañero Manolo Serrano acabase en el Alavés en el último tramo liguero. Formaron un tándem inseparable, dentro y fuera de los terrenos de juego. Estuvo bajo la disciplina del club babazorro hasta que subieron a Primera División.

Lluis Codina, el día de su presentación con el Eibar. Fuente: sdeibar.com
Lluis Codina, el día de su presentación con el Eibar | Fuente: sdeibar.com

Al igual que su compañero Manolo Serrano, en el verano de 1998 abandonaban el club donde tan buen sabor de boca dejaron. Lo hacía habiendo marcado 23 tantos en los 97 encuentros que disputó con la elástica albiazul.

Lluis Codina, junto al estadio de Ipurúa, en su etapa en el Eibar. Fuente: sdeibar.com
Lluis Codina, junto al estadio de Ipurúa,a su vuelta como responsable de la cantera del Eibar | Fuente: sdeibar.com

Su siguiente destino fue el Leganés. Allí permaneció dos años, para pasar de nuevo a jugar en su tierra. Pasó seis años en el Nastic de Tarragona y terminó su carrera jugando otras cuatro temporadas en el País Vasco. Esta vez sería en el Eibar. Tras su paso por el equipo armero, Lluis Codina se retiraba del fútbol como jugador, después de haber jugado más de 500 partidos. Concretamente, 505 encuentros en los que marcó 62 goles.

Una vez abandonada su carrera como jugador, se inició como entrenador. Empezó como segundo de Carlos Couso, en el Mirandés, y allí estuvo hasta que volvió al Eibar como encargado de la cantera, desde 2014.

Manolo Serrano ficha por el Alavés

Manolo Serrano nació el 10 de septiembre de 1972 en la localidad barcelonesa de El Masnou. Y, precisamente, en las categorías inferiores del equipo de su pueblo es donde empezó a jugar sus primeros partidos, hasta que el Español se fijó en él y le llevó con su cantera para terminar su formación.

En la temporada 1990-91 estuvo jugando con el L'Hospitalet en Segunda B, gracias al acuerdo entre los dos clubes. Lo hizo en el último tramo de la competición y tuvo la suerte o acierto de marcar un gol el día de su debut, cuando el equipo local venció por 6-1 al Manacor. Seguiría tres años más bajo la disciplina del Español y fue cedido al Deportivo Alavés en el último tramo de la Liga 1994-95, en el que conseguiría el ascenso a Segunda División. Manolo Serrano participó muy activamente de ese ascenso y fue clave en varios de los encuentros disputados.

Manolo Serrano, con la camiseta del Alavés. Fuente: glorioso.net
Manolo Serrano, con la camiseta del Alavés. Fuente: glorioso.net

El Glorioso llevaba disputando durante cinco años seguidos el playoff de ascenso a Segunda y no lo conseguía por diferentes razones. Pero ese año se respiraba un ambiente diferente. Consiguieron el ascenso. Los seis goles del catalán habían llevado prácticamente al equipo a la División de Plata, junto a jugadores como Tito, Iván Campo, Aitor Arregui, Codina, Castillejo y otros muchos que gozaron con la celebración en Mendi, tras el 3-1 en el marcador.

El equipo se desmanteló un poco tras el ascenso pero Manolo Serrano seguiría en el equipo durante cuatro temporadas más. Precisamente, cuando el equipo llegaba a la Primera División, de la mano de José Manuel Esnal Mané, Serrano volvía al Español, que también militaba en la Primera División, después de haber marcado 61 tantos con el equipo albiazul. Todavía están en la retina de los aficionados sus dos goles contra el Rayo Vallecano, que suponían el ascenso a Primera.

Manolo Serrano y Aitor Arregui, celebrando el ascenso a Segunda. Fuente: glorioso.net
Manolo Serrano y Aitor Arregui, celebrando el ascenso a Segunda. Fuente: glorioso.net

En su regreso al Español, una inoportuna lesión en la quinta jornada frente al Betis le impidió jugar el resto de la temporada. Recuperado de la lesión, se convirtió en el recambio perfecto a Tamudo o el paraguayo Benítez.

Cuando abandonó el club periquito se marchó al Mallorca. En su última temporada con el Español tuvo lugar un incidente que Serrano querría olvidar para siempre. Tras unas desafortunadas declaraciones del catalán en alusión al portero Mono Burgos, éste le propinó un puñetazo que acabó con Serrano noqueado y que supuso la expulsión durante 11 encuentros para el argentino.

Al finalizar ese año, fichó por el Elche, de Segunda División. Allí estuvo jugando durante dos temporadas, para terminar recalando en el Castellón y el Badalona, ambos en Segunda B. Finalmente, se dedicó a jugar en equipos de Tercera División, como el Masnou, Blanes o Alella, de donde se retiró definitivamente en la temporada 2006-07.

El Español siempre ha dado buenos jugadores al Deportivo Alavés. A la pareja formada por Lluis Codina y Manolo Serrano hay que sumar las llegadas de Nan Ribera y Tamudo, jugadores que destacaron en aquella época gloriosa del Glorioso.

Incluso en la plantilla actual, el equipo albiazul cuenta con el jugador Rubén Duarte, recordando aquellas figuras que han formado parte en las filas de ambos clubes.