El conjunto soriano, dirigido por Jagoba Arrasate, comenzó la temporada siendo la gran sensación. Si bien es cierto que de los últimos cinco encuentros tan solo han logrado una victoria, la cabeza de la tabla está bastante próxima dada la igualdad de la competición. Además, a día de hoy el Numancia sigue apoyándose en el sueño copero, tras haber superado con una remontada mágica en los instantes finales al Málaga, por 2-1. Un resultado que intentará defender con uñas y dientes, ya a finales de mes, en el partido de vuelta.

Desde 2009 el Numancia está consolidado en la división de plata. Con esta temporada ya serán nueve de manera consecutiva. En la última campaña finalizaron en la decimoséptima posición. Empatados a 50 puntos, precisamente con el Alcorcón. Las ambiciones que hay en Soria no destacan por someter al grupo a ningún tipo de presión. Todos quieren competir y rendir cada semana al máximo nivel. Pero del Numancia nunca se habla como un posible candidato al ascenso. Sin embargo sí que se destaca su modelo económico y política de transparencia, del cual la entidad hace gala con orgullo.

Jagoba Arrasate

Terminó su carrera de futbolista de forma muy precoz, con apenas 29 años. Eso no se tradujo en un abandono del mundo del fútbol. Todo lo contrario. Nada más colgar las botas decidió emprender carrera como entrenador. Primero, en el equipo de su pueblo, el Berriatuko FT, con el que trabajó una temporada. Luego dio el salto a un equipo de tercera división, el Elgoibar, con el cual estuvo a punto de lograr el ascenso en dos ocasiones, ambas tristemente frustradas. Esta buena labor en un equipo tan modesto despertó el interés de la Real Sociedad, que se haría con sus servicios para entrenar a los equipos juveniles. Continuó su gran progresión hasta ser el segundo entrenador del primer equipo, cuando finalmente en junio de 2013 le abrieron las puertas del cielo, al firmar como técnico del club txuriurdin. Su andadura duró poco más de una temporada al ser cesado a principios de noviembre de 2014. 

Tras un periodo en el paro, en verano de 2015 el Numancia llamó a su puerta y desde entonces se ha establecido en el puesto. Esta es su tercera temporada al mando. Su gran juventud es una virtud y está llamado a seguir progresando en todos los aspectos. 

La pizarra

Bajo los palos, un fijo. Aitor Fernández. El guardameta, formado en la cantera bilbaína, en 12 fechas ha dejado lograr la portería a 0 hasta en cinco ocasiones. 

Dani Calvo y Alberto Escassi son la pareja de centrales y el eje defensivo principal del equipo. Mención especial para Unai Elgezábal, que la última temporada la pasó en Santo Domingo, a las órdenes de Julio Velázquez. 

El esquema numantino se adapta según el rival y las condiciones del encuentro. Esto quiere decir que los aspectos tácticos que se trabajan en los entrenamientos han de ser mayores a la hora de encontrar la fluidez necesaria sin que el equipo se resienta. Son dos las formaciones que marcan mayor tendencia. Un 4-2-3-1 con el cual empezaron la temporada, combinado con un 4-4-2, en el que el doble pivote se intenta ver más reforzado con apoyos por los costados. Aunque sin ir más lejos la semana pasada adoptaron una 3-4-3 para sumar un punto en su visita a Córdoba. El músculo de Diamanka y el trabajo de Íñigo Pérez son los elementos de soporte de Arrasate. 

Como máximo goleador está destacando el extremo zurdo, flamante fichaje cedido por el Eibar, Pere Milla. En lo que va de liga ha disputado 966 minutos logrando anotar cuatro dianas y haber repartido dos asistencias. Sus incursiones son una constante amenaza para la zaga rival.

En punta de lanza, un delantero con mucha experiencia a sus espaldas. Canterano del Atlético de Madrid y ex de Getafe y Sevilla, entre otros. Hablamos de Manu del Moral, que a sus 33 años llegó libre al conjunto soriano y esta es aquí, su segunda campaña. En la anterior jugó un total de 20 encuentros llegando a marcar 9 goles. Unas cifras positivas pero que con total seguridad querrá mejorar. 

Así pues, con toda la ilusión del mundo el Numancia sigue trabajando en la sombra, para quién sabe, regresar algún día al sueño de primera. En esto del fútbol, lo que no parece probable muchas veces acaba siendo posible.