Muchos de ustedes podríais estar pensando que la elección del jugador a seguir en la SD Eibar debería de ser otro. Pedro León, Dani García, Inui o Sergi Enrich estaban en la terna de candidatos para haber sido los seleccionados. Sin embargo, el futbolista arenero seleccionado en esta ocasión es otro y la defensa donostiarra  tendrá que estar bien atenta al delantero conquense de la SD Eibar. 

Pedro León continúa recuperándose de la lesión de rodilla que arrastra desde hace ya demasiado tiempo. Dani García está sancionado y ni el japonés Inui, ni el menorquín Sergi Enrich, ni tampoco Kike García están cubriendo las expectativas que la afición eibarresa tiene puesta sobre ellos.

El ex atacante salido de las categorías inferiores del Motilla CF, equipo de la provincia de Cuenca, cuajó una sensacional segunda vuelta durante la pasada temporada, cuando anotó siete dianas. Sin embargo, el comienzo de esta campaña no está siendo del todo el deseado. El inicio de la misma se asemeja en parte a lo acontecido en la liga pasada. Se le resistía el gol. 

Con ganas de acabar la sequía 

En el presente curso Kike todavía no ha mojado, a pesar de la confianza de Mendilibar y de realizar actuaciones más que aceptables. En Málaga realizó un trabajo impagable para sus compañeros y la victoria recompensó el gran encuentro de los armeros. Contra el Athletic su actuación también fue buena, pero Kepa Arrizabalaga fue un auténtico muro. Unas veces perdonando y otras los poster están provocando un poco de ansiedad en el delantero eibarrés. Ya saben, delanteros y confianza, una relación tan estrecha como vital. No hay mejor ejemplo para demostrarlo que echar un vistazo a la extraordinaria actuación de Kike después de regresar tras dos meses de la lesión producida en el parido de Copa del Rey en el Sadar. Metió uno y ya fue un no parar. Por el bien del Eibar que el primero llegue pronto. Por el bien de la Real Sociedad, que la racha comience después del parón de selecciones.

No se duerman señores Navas, Íñigo Martínez, Artiz Elustondo y compañía, que a Anoeta llega una bestia con muchísimas ganas de contentar a los suyos. Y ya saben, cuando abra la lata el peligro potencial aumentará.