Ya se venía diciendo durante la semana, que el partido que enfrentaba al Rayo contra el Zaragoza, no iba a ser fácil y así ha sido.

Hoy en La Romareda se vivía un duelo entre dos serios candidatos al ascenso. El conjunto local no venía de una buena racha (dos empates y dos derrotas en los últimos cuatro partidos) y sobre todo la goleada encajada el fin de semana pasado en Huesca dejó muchas dudas en cuanto al juego del equipo. Por eso su entrenador realizó en el 11 inicial cinco cambios que prentendían que la imagen dada por el equipo no se repitiese.

Los de Míchel venían de una dinámica positiva, puntuando los últimos cinco encuentros disputados y eso se notó en los primeros compases del partido. El Rayo salía a morder y eso quedo patente en los primeros minutos, las ocasiones rayistas se sucedían pero el gol no terminaba de llegar. 

En el minuto 11 Cristian le sacaba un mano a mano a Raúl de Tomás que se plantaba solo en el área rival y poco después la tuvo Embarba, quien vio como el meta argentino salvaba su remate junto al palo.

Y como suele pasar, la falta de acierto se paga. El Zaragoza se adelantaba en el minuto 25 por mediación de Grippo a la salida de un córner mal defendido, primera ocasión clara de los locales y primer acierto.

Con el marcador en contra, el Rayo no se amilanó si no que siguió llevando el peso del partido y las ocasiones se sucedían, pero el balón no quería entrar. En el minuto 32 Adri Embarba estrellaba un balón en el palo que silenció a la Romareda por unos instantes, Toquero sacaba un balón bajo palos, por contra, Alberto evitaba con una muy buena parada que Borja Iglesias ampliara la ventaja maña.

El partido estaba abierto y esto lo aprovechó Febas para poner el 2-0 en el minuto 42. El Rayo se iba al descanso con una inmerecida desventaja en el marcador.

Nada más comenzar la segunda parte Míchel hacía el primer cambio y daba entrada a Diego Aguirre en el lugar de Unai López con la clara intención de intentar voltear el marcador. Y surgió efecto, en el 53 Raúl de Tomás puso el 2-1 en el marcador al rematar un balón a la salida de un córner. El delantero entró con todo y ponía fin así a la falta de acierto de los franjirrojos.

A partir de ahí el Rayo anuló a los maños y manejó el encuentro a su antojo. El dominio era total y las ocasiones se sucedían con Alex Moreno, Embarba, De Tomás y Trejo y fue el propio Trejo quien puso las tablas en el marcador en el minuto 72 tras un pase atrás.

Los de Míchel creían en la remontada y esto quedaba patente. El Zaragoza cada vez estaba más encerrado en su campo y Fran Beltrán fallaba una ocasión clarísima que hubiera supuesto el 2-3 para los vallecanos. Pero el infortunio quiso que en la siguiente jugada los maños pusieran el 3-2 definitivo en el marcador por mediación de Pombo.

Corría el minuto 77 pero el Rayo seguía con ambición y no se daba por vencido. Míchel hacía entrar a Manucho para tener más potencial arriba. Y fue Manucho precisamente quien se vió envuelto en la jugada más polémica del partido, corría el minuto 87 y el árbitro no vió un empujón muy claro al angoleño en el área zaragocista.

No siempre gana el que más lo merece y hoy ha sido así, el conjunto vallecano mereció al menos puntuar. Con este resultado el Zaragoza sitúa en el puesto número 11 con 14 puntos en su haber y el Rayo desciende a la octava posición con 21 puntos en su casillero.

Ahora toca pensar en el próximo rival en casa, el Barcelona B, y a intentar que al menos en casa siga la racha positiva.