Diecisiete días en los que el Betis no competirá al más alto nivel. Que La Liga se posponga durante una semana entre jornada y jornada ha sido algo muy común durante la historia del fútbol. Si bien lo más importante, en cuanto a fútbol de combinados nacionales se refiere, es el campeonato europeo —hablo de España— o mundial que tiene lugar cada cuatro años, cada vez es más interesante seguir los enfrentamientos que se suceden durante los años anteriores al inicio del torneo en cuestión, cuyo fin es el de clasificarse a través de una fase de grupos.

Con ese patrón encaja el parón de selecciones más reciente, del pasado fin de semana, durante el cual los equipos de Primera División no disputaron encuentro alguno perteneciente al campeonato doméstico, algo que enfurece, en cierto modo, a los técnicos de los clubes españoles, alegando que corta la progresión y mejoría de sus jugadores, los cuales, además, pierden fuelle y el ritmo de competición al cual se habían acostumbrado.

Sin embargo, no siempre es algo negativo, y más aún, cuando mantienes una racha que no es demasiado positiva en cuanto a resultados. Es el caso del Real Betis de Quique Setién, que llegó al parón tras empatar en el Villamarín ante un Getafe con pocos recursos y que, a pesar de adelantarse en el minuto 17, y de ponerse en el marcador con un 0-2 que le allanaba el camino hacia el triunfo, no sería capaz de mantenerse firme durante todo el partido y acabaría cediendo dos puntos ante un Betis que con dos jugadas aisladas logró materializar las tablas en el electrónico. Aun así, no es el único ‘desastre’ que se le puede atribuir al Betis antes del parón, ya que, en su visita a Cornellá del pasado 30 de octubre, los de Setién volvieron a casa con una derrota, por la mínima, y tras un partido más que mediocre, en el que se notó la falta de concentración en los jugadores béticos.

Descanso para ‘entrenar’ la mente

En el fútbol no todo es fútbol, aunque suene a tontería. Es sumamente importante el factor psicológico en el jugador, algo que permite mantener una buena racha en cuanto a actuaciones individualidades y que fomenta la cohesión del grupo. Teniendo en cuenta, además, la presión que se ha posado sobre los hombros de los jugadores y cuerpo técnico del Real Betis en vistas a los objetivos posibles para esta temporada, es lógico que el rendimiento de estos flojee en según qué momentos.

Ahí es donde entra en acción el parón y, por ende, el descanso. El Betis necesitaba como el comer un tiempo de desconexión; un lapso que le permitiera estudiar los errores tácticos cometidos durante los últimos encuentros y los motivos por los que no terminaba de carburar en diversos momentos el equipo. Es evidente, además, que el equipo no jugaba al fútbol como lo hizo en otros partidos de la temporada, y en los que se notaba la continua intención de jugar a lo que el míster les pedía.

Por tanto, era muy necesario que llegara el parón para el Betis y así poder atar los cabos sueltos que se habían quedado hasta ahora. Setién, además, así pretendía, utilizando las sesiones de entrenamiento para ello.

Aun así, el cántabro se encontraba en desacuerdo con las asignaciones de los días a los partidos que ha de disputar el Real Betis, siendo el equipo que más días de descanso va a poseer para que, después, tenga que jugar dos partidos en cinco días. Por ello, ha decidido preparar un partido amistoso que se disputará el miércoles 15 ante el Écija Balompié en el Benito Villamarín, con entrada gratuita para cualquier persona, sea o no abonada.