La selección de fútbol de Croacia consiguió su billete para el Mundial, el quinto en su historia, el pasado domingo cerrando la eliminatoria de repesca frente a Grecia por un global de 4-1. El resultado obtenido unos días antes en Zagreb fue definitivo en un partido que acabó convirtiéndose en un mero trámite para Modric y sus compañeros. 

Una noche en la que se esperaba que el Estadio Georgios Karaiskakis fuese un infierno griego. Una noche en la que se esperaba que Grecia fuese con todo para intentar una machada histórica que les hiciese estar en Rusia. Pero nada fue así. Ni siquiera los propios aficionados griegos fueron capaces de llenar el estadio. Y cuando ni la afición cree en la remontada de su equipo es muy difícil que ésta se lleve a cabo, más aún cuando tu rival es superior a ti en todas las facetas del juego. Tal y como ocurría con los croatas. Los jugadores helenos no fueron capaces de hacer nada en una noche más que gris para su país que tras estar en Sudáfrica y Brasil no podrán acudir a la próxima cita mundialista. 

A pesar de que Grecia fue quien tuvo la posesión del balón (60%), no les sirvió para inquietar a su rival que se sentía muy cómodo defendiendo y saliendo rápido al ataque. La ocasión más clara del partido la tuvieron los croatas en las botas de Ivan Perisic con un zapatazo desde 25 metros en los últimos minutos de la primera parte que acabó estrellándose contra el palo de la portería defendida por Karnezis. Croacia controlaba el partido incluso sin tener el balón, jugando con el ventajoso resultado obtenido en la ida. Un partido que acabó siendo de los más aburridos sin duda de estos playoffs de repesca y con muy poco que contar. 

Luka Modric completó los 90 minutos y fue sustituido por Mitrovic en el tiempo añadido. El jugador del Real Madrid, bastante bien en el pase (86,5% de acierto), completó un buen partido pero tampoco pudo destacar en nada debido a las circunstancias del partido. Buenas noticias para el Real Madrid que recuperará a un Modric en perfectas condiciones tras este parón para el próximo partido de los blancos en el Wanda Metropolitano, que se antoja clave en la lucha por La Liga.