Rodri apostó por un once con dos cambios que ya conocíamos que se iban a producir. Primero, la entrada de Zahibo en el medio del campo. El centrocampista costamarfileño sustituyó a Gaztañaga, que se quedó fuera de la convocatoria por sanción, al cumplir ciclo de tarjetas amarillas el pasado encuentro.

El partido no pudo arrancar más frenético. En tan solo siete minutos vimos dos goles. El primero en golpear fue el Nàstic. Delgado dejó el balón para Barreiro, que desde la frontal del área soltó un disparo colocado que acabó golpeando al travesaño. El rebote volvió a los pies del delantero gallego, que sin oposición metió ahora sí el balón dentro de los tres palos. Un inicio muy habitual del Nàstic cuando juega lejos del Nou Estadi, donde los resultados están siendo excenelentes.

Sin embargo, la alegría grana duró apenas cinco minutos. Dani Nieto colgó un balón desde el córner al primer palo. El balón rebotó en el brazo izquierdo de Manu Barreiro y se coló por el palo corto de la portería de Dimitrievski. La inercia favorecía a los sorianos, y así se demostró durante los siguientes minutos del partido, sobre todo a través de Pere Milla, que gozó de dos oportunidades para hacer subir el segundo en el marcador.

El Nàstic sufrió durante toda la primera mitad en los uno contra uno. Los habilidosos jugadores del Numancia provocaron que jugadores defensivamente claves se cargasen de amarillas. Primero fue Zahibo, y después los dos laterales. Poco a poco, el dominio que parecía tomar el Numancia se disipó, y se quedó repartido entre los dos bandos. Todo parecía que se decidiría en la segunda parte del partido.

Ya en el primer partido de la segunda mitad, Tejera envió un balón al palo, un presagio de lo que sería la segunda mitad. En el 53’, Rodri introdujo el primer cambio del partido. Perone sustituyó a Zahibo, con tarjeta amarilla, lo que supuso que Molina avanzara su posición al medio del campo, donde no lo veíamos desde hace tiempo.

En la segunda mitad, Tejera se puso el equipo a la espalda y empezó a trenzar jugadas tanto individuales como combinativas. Sus compañeros le acompañaron, y también pusieron una marcha más. En el primer cuarto de hora de la segunda mitad, Uche y Barreiro lo provaron con disparos rasos, pero Aitor Fernández atajó ambos intentos.

Las buenas sensaciones se prolongaron durante el resto del partido. Gracias a un gran posicionamiento de los jugadores, el Nàstic tuvo controlado a los numantinos y tuvo buenas llegadas que no encontraron ningún premio. En los últimos compases del encuentro, sin embargo, el Numancia sintió la necesidad de buscar algo más que un empate ante un rival que en teoría daba por bueno el punto conseguido.

En el 87’, un error de Dani Calvo en el control de balón dejó a Uche solo ante Aitor Fernández. El nigeriano superó al portero y marcó a puerta vacía, dejando las gradas del Nuevo Pajaritos heladas. En la jugada del gol, Uche se lesionó y tuvo que abandonar el campo momentáneamente, para volver en el descuento aunque solo fuese andando.

El Nàstic consiguió resistir los últimos minutos, sobre todo gracias a la inteligencia de Manu Barreiro para aguantar el balón y se llevó una victoria que vale su peso en oro. El equipo fue superior y aprovechó la ocasión que tuvo, aspecto clave en esta categoría.

Es la tercera victoria consecutiva del Nàstic lejos del Nou Estadi, y siempre en estadios complicados, como el Arcángel, el José Zorrilla y Los Pajaritos esta vez. La asignatura pendiente seguirá siendo conseguir la victoria en el Nou Estadi, donde no gana el Nàstic desde el once de octubre.