El jazz con influencias europeas. Así es el swing que comenzó a sonar a finales de los años veinte y que alcanzó su éxtasis en los treinta en los Estados Unidos. Y allí, en tierras norteamericanas, vino al mundo Konrad de la Fuente bajo el cielo de Miami. Eléctrico y pegadizo, al ritmo del swing más puro, Konrad apenas tardó en bailar sus mejores pasos con el esférico atado a sus botines. En 2011, con apenas 10 años y la ilusión por bandera, el joven futbolista aterrizaba en la Ciudad Condal para seguir apuntando bien alto unos sueños carentes de techo.

En su primera temporada de Alevín, Konrad empezó a despuntar bajo las filas del Tecnofutbol sin pasar desapercibido sobre un tapiz verde llamado a liderar con honores. El CF Damm, un cazador de talentos, no dudó en fichar muy pronto al joven prodigio estadounidense sin poder retenerlo demasiado tiempo. Más avispado y hábil acudió en su búsqueda el FC Barcelona, dispuesto a llamar a la puerta de un chico con el gol en las venas.

En su primera campaña como azulgrana la temporada 2013/2014 y sobre la cuna del Infantil B de Marc Serra y Marcel Sans, Konrad comenzó a pulir la joya que ahora empieza a despuntar. Con una progresión digna de admirar al talón del esfuerzo y el trabajo, Konrad siempre tuvo presente que para triunfar había que luchar.  Sin prisa, pero sin pausa, logró escalar en las categorías inferiores hasta brillar con una luz que ahora marca sus pasos, convirtiéndose así en pieza clave sobre cada escuadrón que lidera.

Konrad de la Fuente frente al Gimnàstic de Tarragona. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Ahora, amparado en el FCB Juvenil B de Denis Silva, Konrad ha logrado forjarse como un diamante en el navío azulgrana. Desequilibrante, como la batería en un acorde de swing, Konrad se fragua como el mejor ‘jitterburg’ (bicho loco) de la orquesta. Sobre el verde, sus pasos pegados a la línea de cal invitan a deslizarse al compás de una música que marcan sus botines. Rápido, raudo y elegante, el extremo azulgrana eleva en sus goles la perfecta sinfonía.

Dueño y señor de la banda, Konrad atesora en su casillero ocho goles en trece encuentros disputados en la Liga Nacional del Grupo 7, sólo uno menos que el ariete del escuadrón azulgrana, Nils Mortimer. De todos los colores, y a pares. El olfato depredador del estadounidense permanece intacto en los metros finales, sumando ya esta temporada tres dobletes en su bagaje realizador. El último en la postrera jornada liguera frente al Gimnàstic de Tarragona, volviendo a consumar que su talento sigue mandando sobre el verde.

Así es Konrad, una auténtica bestia letal en los últimos compases que no pasa desapercibida en su tierra natal, consolidado como internacional fijo en las convocatorias inferiores de Estados Unidos desde los 14 años. Una gema que sigue latiendo sobre la alcoba de La Masía.