Sin tener en cuenta los resultados, se podría decir que el Málaga vuelve a visitar el Bernabéu para enfrentarse a un Real Madrid que transmite sensaciones parecidas a las de su encuentro de la temporada pasada. Sensaciones similares pero los resultados eran totalmente distintos. El conjunto blanco consiguió ganar al Málaga y esos tres puntos le sirvieron para ser “campeones de invierno”. Fue el último partido de la primera vuelta, el 21 de enero de 2016 y el equipo blanco consiguió doblegar a los andaluces por 2-1.

El ambiente que se respiraba era bastante extraño. Los resultados eran inmejorables pero el juego del equipo hasta ese momento no convencía. Eran muchos los partidos que había ganado sufriendo hasta el último segundo y marcando goles decisivos en el tiempo de descuento. Pocos partidos se habían conseguido los tres puntos de una manera plácida y tranquila pero, a pesar de ello, el equipo iba en primera posición.

Otra semejanza muy llamativa y que puede llenar de optimismo al madridismo es la situación de Cristiano Ronaldo. El portugués, al igual que ahora, no pasaba por sus mejores momentos de cara a puerta. Llevaba pocos goles y en el encuentro ante el Málaga se le vio desquiciado y fallando ocasiones de las que no suele desperdiciar. Y todos saben cómo acabó finalmente la temporada...

El partido lo decidió el que lo solía hacer habitualmente la temporada pasada, Sergio Ramos. El capitán por aquel momento era uno de los máximos goleadores del equipo, lo que habla claramente de la poca efectividad goleador que atravesaban Cristiano y Benzema, y ese partido marcó los dos únicos goles de su equipo.

Parecía que el encuentro iba a transcurrir por cauces mucho más tranquilos cuando el capitán blanco, a la salida de un córner, marcaba el primero en el minuto 34. Ocho minutos después, tras un centro de Kroos, Ramos hacía el segundo gol. 2-0 al descanso y las mismas sensaciones que durante gran parte de la temporada: mal juego, pero ganando con tranquilidad.

Solo fue un espejismo, ya que esa tranquilidad se tornó en relajación excesiva y el Málaga en la segunda mitad tomó los mandos del encuentro. Juanpi anotaba en el minuto 62 y ponía en el marcador la igualdad y la emoción que se reflejaba el terreno de juego. Poco más tarde, Chory Castro convirtió el Bernabéu en un hervidero de nervios con una ocasión clarísima que no consiguió transformar. Parecía increíble que después de irse ganando por diferencia de dos al descanso, el equipo de Zidane estuviera sufriendo para ganar al conjunto blanquiazul. Los nervios se transformaron en el habitual murmullo del Bernabéu que rompió en algunos pitos cuando cambiaron a Benzema. El francés vivía una situación también muy parecida a la actual. Cristiano tuvo dos ocasiones muy claras para sentenciar el partido, pero una de ellas se marchó al palo y la otra ni siquiera remató a puerta.

Finalmente el Real Madrid acabó embotellado en su área, con terror a un empate y pidiendo la hora. El equipo seguía líder pero no convencía. En el coliseo blanco la sensación era que, en cualquier momento, esa especie de aura que les hacía ganar siempre en el último instante o sufriendo hasta el pitido final, se podría romper en cualquier. Pero eso no ocurrió. Tres puntos más se llevó el conjunto madridista que se culminó la primera vuelta de la temporada como líder.

Partidos así sirven en estos momentos para evitar una excesiva preocupación del madridismo por el estado de forma por el que pasa el equipo. Cristiano y Benzema se recuperaron de este bache y el equipo acabó ganando el doblete. Este año las sensaciones son las mismas, ¿acabará igual?