El reciente fin de semana, Yannick Ferreira Carrasco fue homenajeado en Mónaco con motivo de su pasado futbolístico en el Principado, donde defendió los colores de la región entre 2012 y 2015. Realizó el saque de honor junto a su excompañero Tiemoué Bakayoko, que ahora milita en el Chelsea, en el encuentro disputado en el Estadio Luis II entre monegascos y parisinos. Jugó tres años sobresalientes en el sur de Francia, los cuales le valieron para forjarse un nombre muy importante en todo el continente. Sin embargo, desde su llegada a la capital española hace dos temporadas, no ha vuelto a demostrar el gran nivel que tenía acostumbrados a los amantes del fútbol.

En ocasiones, un deportista de élite ha de ser consciente de que su carrera no es un plano camino de rosas. Carrasco tampoco es una excepción. El belga no atraviesa su mejor momento en el Atlético de Madrid, tanto mental como físicamente, pues ha causado baja en los últimos partidos debido a unas molestias en su rodilla izquierda derivadas por la tendinopatía rotuliana, casi crónica, que padece. Pero a pesar de los enormes inconvenientes a los que debe sobreponerse, está más que capacitado para volver a mostrar la mayúscula calidad que lucía en el AS Mónaco.

El 10 y su obligación de hacer honor al número y escudo que defiende

El natural de Bruselas ha de hacerse grande lo más pronto posible. No hay objeción alguna en que ha de ser el tercer fichaje invernal. El más importante si cabe, superando en trascendencia a Vitolo y Diego Costa. Sino, con motivo de la gran competencia que existe en su puesto, una salida podría acechar en el próximo mercado invernal, algo que no desean lo más mínimo equipo y jugador, ya que ambos saben que trabajando juntos pueden llegar muy lejos.

Aunque si no hubiese alicientes de sobra, en la siguiente fecha estival tendrá lugar el Mundial, la competición que más ganas tiene de jugar un futbolista. Obviamente, también en la joven y ambiciosa selección de Bélgica se poseen objetivos codiciosos. Quizá no ganar la Copa del Mundo, pero sí seguir demostrando a todo el planeta la garra que posee el pequeño país centroeuropeo. Para ello, Roberto Martínez seleccionará a los mejores luchadores, entre los que quiere encontrarse Carrasco, pero si no vuelve a tomar galones con el Atlético de Madrid, reencontrarse con el gol (tan solo tres goles en nueve partidos este año) y hacerse grande en el Metropolitano, su meta no se cumplirá. Por tanto, el natural de Bruselas tiene que ser, incontestablemente, la mejor incorporación para Diego Pablo Simeone.