“No, no, no”. Estas fueron las palabras inaugurales del discurso de Francisco Rodríguez al ser preguntado por un hipotético ascenso de su equipo a la Liga Santander. Tras dieciséis jornadas, y por primera vez en la ciudad amurallada, suena un tímido run run que reclama para el Lugo una plaza en la categoría reina del fútbol español. Decimos suena por que no se escucha. Decimos que no se escucha por que nadie quiere hablar de ello. De ilusiones también se vive, así tituló George Steaton su filme en 1947. Los sueños, sueños son, enunciaba Calderón de la Barca. El Lugo no vive de sueños ni de ilusiones, vive de realidades, y la realidad, en estos momentos, muestra que el Lugo es el equipo más en forma de la categoría.

El play-off al alcance de la mano

Hace dos meses nadie apostaría por el Lugo como un candidato al ascenso, hoy en día, nada cambia, pero el cuadro rojiblanco se postula como un firme opositor a las plazas de play-off. La segunda división española es el fiel reflejo de que el nombre, el presupuesto, y la historia de un club, no gana puntos. Son el esfuerzo, el coraje, la garra, y sobre todo, las ganas, lo que realmente puntúa. El Lugo es el principal representante de esta idea, el perfecto resumen de estos primeros partidos de la competición: corre, suda, compite y ganarás.

Números inéditos

Son ya 29 puntos con los que cuenta el cuadro rojiblanco en su haber. Nueve victorias, dos  empates, cinco derrotas. Diecisiete goles a favor, catorce en contra. Nunca antes a estas alturas presentó cifras similares. Los que ven el vaso medio vacío dirán que falta mucho, que no hay nada hecho. Los que ven el vaso medio lleno valorarán esos puntos como oro, como una permanencia casi resuelta y con un margen de crecimiento enorme. Esperemos que el Lugo siga creyendo en sí mismo, esperemos que la afición siga creyendo en su equipo. Ser o no ser, esa es la cuestión, y el Lugo es, sin duda, el equipo revelación.