Saltó al césped de San Mames el Athletic con un 4-2-3-1 plagado de suplentes. Iago Herrerín fue el elegido para la portería, escoltado por Saborit, Laporte, Etxeita y Lekue. En la sala de máquinas jugaron San Jose y Vesga, el primero casi en función de pivote y el segundo con mucho más recorrido casi como un interior izquierdo, y en la mediapunta, aunque más escorado a la derecha jugó Aketxe. En los extremos jugaron Sabin Merino y Cordoba con Williams como delantero centro. 

El Athletic salió con la idea de tener el balón y dominar a través de la posesión. El Formentera por su parte salió a esperar su ocasión y a no regalar espacios al Athletic, sabedores de que dos goles iban a tener complicado marcar, por lo que el 0 en su casillero era innegociable. Con este planteamiento empezó el partido del que rápidamente los rojiblancos se hicieron dueños. El Athletic jugaba cómodo y creaba cierto peligro y el Formentera no conseguía salir. Pero apareció el hombre del partido, el que hizo soñar a los suyos que la gesta era posible, Adrián Riera. El extremo murciano empezó a regatear y nadie pudo pararlo hasta el minuto 90. De esta forma los de la pequeña isla conseguían sacudirse la presión, eso sí, sin llegar nunca a los dominios de Iago

Aketxe recibiendo un balón. Foto: Web Athletic Club
Aketxe recibiendo un balón. Foto: Web Athletic Club

En este tramo, el más destacado fue Aketxe que conseguía recibir con facilidad y mostrar la calidad que tienen sus botas. En primera división le cuesta mucho hacerse un hueco entre líneas pero hoy si lo consiguió. Aunque apenas duró 20 minutos, los mismos en los que Iñaki y Sabin consiguieron conectar y combinar para crear varias ocasiones de gol. A partir de aquí el Formentera ajustó por dentro y cortó todo el fútbol interior de los vascos reduciendo mucho el ritmo del partido y Aketxe desapareció para no volver. Solo cuando casi marca Iñaki, salvó Quesada bajo palos, se enciendo durante un instante San Mames e hicieron sufrir los leones al conjunto balear. Duró poco este chispazo, que consiguió no sufrir a través de posesiones defensivas. Así se llegó al descanso con los primeros pitos en la catedral. No estaba jugando mal el Athletic, pero el Formentera parecía irse muy satisfecho al descanso. Estaba siendo dominado, pero nunca superado.

Tras el descanso, el Formentera salió más valiente. Por un lado, porque necesitaba un gol para pasar, y por el otro porque tampoco podía permitirse dejar al Athletic tanto dominio. Esto pilló al Athletic por sorpresa que empezó a ver como se le escapaba el control del partido. Empezaron los nervios a aflorar en los leones y con ellos los primeros errores técnicos, sobre todo perceptibles en San Jose. Esto cabreaba a la afición rojiblanca que no dudo en mostrar su desacuerdo. No es que el Athletic estuviese siendo dominado y tampoco es que no estuviesen teniendo ocasiones de gol pero el control que si se veía en la primera parte se había esfumado. El partido estaba más abierto, lo que no derivaba en mayor fútbol interior para el Athletic, pero sí que conseguía llegar a línea de fondo y centrar con cierta frecuencia. Por su parte, el Formentera tampoco conseguía crear ocasiones, pero Riera seguía regateando y dando esperanza a los suyos. 

San Jose dando un pase. Foto: Web Athletic Club
San Jose dando un pase. Foto: Web Athletic Club

Había que cambiar algo y Ziganda lo hizo. Sacó al campo a Aduriz por Merino y todo cambió. Williams pasó a la derecha donde fue un cuchillo cortando mantequilla con la defensa balear, y Aduriz ordenó todo la ofensiva rojiblanca. Cada toque de Aritz mejoraba las jugadas y cada movimiento generaba espacios. Demostró ser el mejor y con su simple presencia el Athletic no solo dominó si no que superó claramente al Formentera. El gol parecía cuestión de tiempo, pero no llegó.

Aduriz realizando un regate. Foto: Web Athletic Club
Aduriz realizando un regate. Foto: Web Athletic Club

A falta de 15 minutos al Kuko le entró el pánico, veía que la pelota no quería entrar y quiso asegurar el resultado. Quito a Vesga, metió a Iturraspe y mandó a los suyos no arriesgar, echarse atrás y tratar de matar a la contra. Es cierto que el Athletic pudo marcar en alguna de esas contras, pero el Formentera que no estaba consiguiendo acercarse al área de Iago pasó a vivir mucho más cerca de ella y a ver el gol como una opción real. Esto aumento el ánimo de los jugadores visitantes que empezó a atacar con mayor insistencia.

Ziganda mandando calma a los suyos. Foto: Web Athletic Club
Ziganda mandando calma a los suyos. Foto: Web Athletic Club

En los últimos minutos el Formentera estaba consiguiendo encerrar al Athletic, que en toda la temporada no se ha demostrado sólido defensivamente por lo que hoy no sería una excepción. El Formentera atacaba y con peligro. El Athletic incapaz de defender intentó perder tiempo para llegar al final del partido, pero en el último suspiro llego el gol que llevaba la locura a la pequeña isla pitiusa. El Formentera hizo su partido, le sonrió la fortuna y le recordó al Athletic el nivel futbolístico que tiene hoy en día.