El partido del viernes pasado en Vigo no dejó solo malas noticias en el plano deportivo. Cayeron lesionados durante el encuentro Ezequiel Muñoz, Siovas, Brasanac y Mauro Dos Santos. Tres de los cuatro centrales de la plantilla, pero resultaba que el cuarto, el capitán Mantovani arrastraba una lesión por la que no pudo viajar a tierras gallegas. Así, Garitano solo disponía de laterales para su línea defensiva y para el partido de Copa acabó alineando a Bustinza y Raúl García como pareja de centrales.

El puesto de central derecho iba dirimirse entre Tito y Bustinza, pues Zaldúa iba a descansar sí o sí. Aunque Tito había ocupado el puesto de central cuando tuvo que entrar por Siovas en Vigo, el ex del Athletic Club ya había jugado en esa posición en el equipo bilbaíno, así como en sus categorías inferiores. Mientras tanto, Raúl García y Diego Rico iban a repartirse las posiciones izquierdas defensivas. Había menos misterio en este caso, pues Raúl García había entrado en el partido ante el FC Barcelona como central para cubrir las espaldas de Diego Rico. Algo similar a lo que ocurrió ayer.

El experimento no solo no salió mal en el aspecto defensivo, sino que además fue el responsable de fabricar el único gol del partido. Raúl García la puso y Tito la remató a gol. Garitano sonreía. 

A pesar de ello, el equipo acabó sufriendo más de la cuenta en la última media hora con la salida de un muy activo Mayoral en el ataque vallisoletano. El canterano blanquivioleta combinó con acierto en el centro y trazó desmarques que estuvieron a muy poco de convertirse en goles del Valladolid. Es evidente que los perfiles de marcaje de un central son diferentes a los de un lateral, más acostumbrados a marcar jugadores desequilibrantes y no tan combinativos o potentes en el juego aéreo.

Habrá que ver cómo resuelven el partido si el próximo domingo tienen que jugar de nuevo ante el Villarreal. La dupla Bacca-Bakambu espera, pero Garitano pude estar tranquilo. Sus laterales cumplen de lo que sea.