Muchos han sido los jugadores que, a lo largo de los 112 años de historia que contemplan al Real Sporting de Gijón, han dejado huella en el club y en la ciudad. Quini, Cundi, Enzo Ferrero, Manolo Mesa o Joaquín, entre muchos otros, hicieron soñar despierto a El Molinón. Esa generación de futbolistas, la más talentosa que haya vestido nunca la elástica rojiblanca, permitió que el cuadro asturiano se batiese el cobre con los más grandes del fútbol español. Faltó la guinda del pastel, es cierto, algún título que llevarse a la boca. ¿Quién no recuerda el subcampeonato liguero de la temporada 1978/79, las finales coperas ante Fútbol Club Barcelona y Real Madrid, en 1981 y 1982 respectivamente, o aquellas ilusionantes participaciones en la UEFA? Ser del Sporting estaba de moda.

Los años dorados pasaron y, poco a poco, el Sporting fue cayendo en una profunda depresión deportiva, social y económica de la mano de la familia Fernández. Por desgracia, en mayor o menor medida, esta crisis permanece vigente hoy en día. El equipo deambulaba entonces por Segunda División (más o menos como ahora), llegando incluso a coquetear con el descenso a Segunda División B. Además, la situación económica rozaba la ruina más absoluta. Como no podía ser de otra manera, el descontento se apoderó rápidamente de las gradas del coliseo gijonés que, cada 15 días, recibía a los suyos con un desolador paisaje de butacas vacías. Este puede que sea el único aspecto que difiere de la situación actual, y es que la Mareona ha optado por apretar los dientes ante las penurias que se viven sobre el césped, batiendo así el récord histórico de abonados el presente curso. ¡Ver para creer!

Se obró el milagro

Con el club al borde del abismo, tuvo lugar uno de esos milagros que solo el deporte rey puede ofrecer. Estaba a punto de entrar en escena el salvador del Sporting que, además, se convertiría a la postre en el delantero español más grande de todos los tiempos. Se dice pronto. Un chaval flacucho, hijo de minero y de apellido Villa: ¡el Guaje!

Villa celebra uno de sus primeros goles con el Sporting // Imagen: Gol Digital
Villa celebra uno de sus primeros goles con el Sporting // Imagen: Gol Digital

Nacido en Tuilla (Asturias), el 3 de diciembre de 1981, David Villa Sánchez se forma en las categorías inferiores del Unión Popular de Langreo, donde permanece hasta el año 1999. No se puede decir que los inicios futbolísticos de Villa hayan sido sencillos, y es que, siendo todavía un niño, una fractura en el fémur de su pierna derecha le "obligó" a potenciar su toque de balón con la zurda. ¡Bendita lesión aquella!

"El Oviedo no quiso a David por bajito"

La historia del Guaje pudo dar un giro de 180 grados a la tierna edad de nueve años. A pesar de su indudable talento para el balompié, fue rechazado en una prueba para incorporarse a las filas del Real Oviedo. Tal y como relató su padre años después "el Oviedo no quiso a David por bajito". Desde luego, el técnico que declinó la incorporación de Villa a la cantera azul debe estar, aún hoy en día, "tirándose de los pelos". El destino de David estaba, inevitablemente, teñido de rojo y blanco.

Con 18 años, todavía en edad juvenil, pasó a formar parte de la disciplina del Sporting de Gijón, enrolándose en su filial. Poco tardó en debutar con el primer equipo, cumpliendo su sueño de infancia en la última jornada de la temporada 2000/01, ante el Córdoba CF, en El Molinón. Si había tardado poco en debutar, necesitó aún menos tiempo para hacerse con un puesto en el once titular a base de goles. En la campaña 2001/02, bajo las órdenes de José María Meana Acebal, disputó 44 encuentros, anotó 21 tantos y se convirtió en el ídolo del sportinguismo. El año siguiente fue el de su confirmación definitiva. Resultaba impropio ver a un chaval tan joven y con semejantes galones dentro de un equipo. En 40 partidos, firmó otras 21 dianas. No era casualidad. Villa había aterrizado en el fútbol profesional para quedarse y, por qué no decirlo, para marcar una época.

Salvar al club de sus amores

Una nueva esperanza había germinado por fin en Mareo. ¿Era posible volver a soñar con un Sporting a la altura de su historia? La respuesta, un rotundo no. El gran rendimiento de David, como era de esperar, no pasó desapercibido en Primera División. El Real Zaragoza puso sus ojos en él y prácticamente no existió negociación alguna. El Sporting necesitaba efectivo para subsistir y, además, el jugador se merecía seguir progresando para llegar a la élite. Blanco y en botella. Por una cantidad cercana a los dos millones y medio de euros, Villa haría las delicias de La Romareda durante las siguientes dos temporadas.

El 'guaje' defendió la elástica del Real Zaragoza durante dos temporada, antes de recalar en el Valencia // Imagen: El Desmarque
El 'guaje' defendió la elástica del Real Zaragoza durante dos temporada, antes de recalar en el Valencia // Imagen: El Desmarque

Una carrera plagada de éxitos

Desde su salida de Gijón, el Guaje no ha parado de cosechar éxitos individuales y colectivos, tanto a nivel nacional, con Zaragoza, Valencia, Fútbol Club Barcelona y Atlético de Madrid, como internacional, con la selección española: tres Ligas, tres Copas del Rey, tres Supercopas de España, una Champions, una Supercopa de Europa, un Mundial de Clubes, una Eurocopa y un Mundial. Sin duda, un palmarés envidiable, al alcance tan solo de los mejores futbolistas de la historia.

Lo que pudo ser y no fue

"Ojalá nos hubiésemos conocido en otras circunstancias"

La historia de David Villa y el Sporting de Gijón es la clásica historia de amor prohibido, lo que pudo ser y no fue. El cuadro asturiano pasaba por sus peores momentos y Villa lo reflotó, al menos su traspaso aportó un buen balón de oxígeno a la entidad a nivel económico. "Ojalá nos hubiésemos conocido en otras circunstancias", debió pensar Manuel Vega-Arango cuando firmó su traspaso al conjunto maño. 

Desde que el ariete langreano abandonara la liga española para recalar en campeonatos de menor renombre, como la A-League australiana o la Major League Soccer estadounidense, se ha hablado mucho de una posible vuelta del hijo pródigo al club de sus amores. Cada verano, la misma cantinela. Al final, humo. Solo humo. A pesar de lo que apuntan diversos medios americanos y, sobre todo, muy a pesar del Sporting, el futuro inmediato de Villa no pasa por Gijón. Aunque… ¿quién sabe? En el fútbol, como en la vida, todo es posible.

David Villa defiende actualmente la camiseta del New York City, de la Major League Soccer: Imagen: New York City
David Villa defiende actualmente la camiseta del New York City, de la Major League Soccer: Imagen: New York City