Este martes el Sevilla FC certificó su pase a octavos de final de la UEFA Champions League, tal y como era de esperar. El equipo español dependía de sí mismo para clasificarse para la siguiente ronda y bastaba con hacer un buen papel en Eslovenia, ante el rival a priori más asequible del grupo como era el Maribor. No obstante, no todo fue tan sencillo porque, durante más de una hora, el conjunto de Eduardo Berizzo fue por debajo en el marcador, desde el gol en el minuto 10 de Tavares hasta el empate nervionense materializado por Ganso a los 75´de juego.

En condiciones normales, eso hubiese supuesto un momento de tensión e incertidumbre, pero desde la capital andaluza se respiraba con tranquilidad en cuanto se miraba a lo que pasaba en Anfield a la misma hora: el Liverpool de Jürgen Klopp (que sabía que no tenía el pase matemático) ya ganaba, desde el minuto cuatro de encuentro, al Spartak de Moscú, el único oponente que podía poner en riesgo el billete sevillista para la siguiente fase.

Y conforme avanzaba la contienda en suelo inglés, esa seguridad se consolidaba gracias al festín goleador red: Philippe Coutinho se encargaba de poner la magia y ajusticiar a los rusos con dos goles en quince minutos, mientras que su compatriota Roberto Firmino completaba la cuenta con la que se iba el partido al descanso (3-0). Y tras la pausa, continuaría la fiesta local nada más darse la reanudación con dos tantos en apenas cinco minutos, en botas de Sadio Mané y el propio Coutinho. El senegalés y Salah completaron la goleada (7-0), uno de esos resultados que quedarán grabados en los anales de competición y que fue un claro contraste con el flojo encuentro disputado por el Sevilla en Eslovenia.

Todo queda en anécdota, eso sí, ya que el cuadro rojiblanco cumplió con su primer objetivo de la temporada y estará en el bombo del próximo lunes como segundo de grupo con nueve puntos (dos victorias, tres empates y una derrota), solo por detrás del Liverpool con 12 unidades. Con seis quedó el Spartak de Moscú, que tendrá que conformarse con la Europa League, mientras que el Maribor, tras plantar toda la guerra que ha podido, se despide de toda competición continental con tres puntos obtenidos.