No se puede negar que corren buenos tiempos para el Cádiz CF. No sin merecerlo, los vientos parecen soplar a favor del equipo de Álvaro Cervera, que parece haberse doctorado en la categoría después de lograr su sexto triunfo consecutivo y su séptimo partido seguido sin recibir gol. Vencer en La Romareda no fue sencillo, pues el Real Zaragoza venía de cosechar malos resultados como local y eso aumentaba la exigencia de los de Natxo González, que pusieron intensidad y ganas, pero les faltó cabeza fría y eso se aprovechó el Submarino Amarillo, penalizando uno tras otros los errores del rival. Así, tras el intermedio Álvaro García adelantaba a los visitantes, castigando la absurda expulsión de Verdasca en el primer tiempo, y a pesar de que el cuadro aragonés tratara de reponerse y tirar de coraje para empatar el partido, la segunda roja al portero Cristian Álvarez fue una losa demasiado difícil de levantar y Romera ratificaría el triunfo gaditano aprovechando el contragolpe.

Primera mitad trabada y de mucha pugna

Buena salida del Cádiz, que tuvo las primeras opciones de gol

Cada equipo con sus dos onces casi de gala, intentó imponer su ley sobre el tapete de La Romareda. El Cádiz de Cervera trataba de armarse bien atrás y salir con fuerza al contraataque, presionando a un Real Zaragoza que no lograba construir su fútbol desde atrás como le suele gustar. Salían bien plantados los amarillos, que tenían sus primeros opciones de gol a través de jugadas a balón parado. A los siete minutos, una falta lateral coge desprevenida a la zaga maña y una prolongación deja solo a Garrido en el segundo palo, que llega justo y manda la pelota fuera. Dos minutos después, Salvi tomaba un cuero en el balcón del área y probaba fortuna con el golpeo, que se iba por el fondo cerca del palo izquierdo. Barral iba a tener la mejor al cuarto de hora, recibiendo de una cabalgada del sanluqueño y rematando al lateral de la red desde una posición escorada en el área pequeña.

Por su parte, el Real Zaragoza sabía lo que se jugaba y la exigencia a la que le iba a someter su público y eso se plasmó en unas cuantas acciones en las que los de Naxo González quizá se sobrepasaron de intensidad. Papunashvili dejaba malherido a José Mari en el primer minuto tras una durísima entrada, pudiendo seguir el roteño unos minutos más para finalmente tener que dejar el partido en la recta final del primer tiempo. En cuanto a bagaje ofensivo, Vinícius Araújo enviaba el balón a la red en el minuto 14 pero le era bien anulado su gol por posición antirreglamentaria.

Primera parte bronca y con polémica, pero pocas ocasiones

De cualquier forma, no estaba siendo una primera parte plácida para el Zaragoza, quien a duras penas lograba neutralizar a las dos "balas" del Cádiz, Salvi y Álvaro. La ansiedad pasaba factura y el encuentro se calentaba más con el paso de los minutos, hasta que se hizo insostenible: en el minuto 28, Diogo Verdasca se dirigía de forma inapropiada a Cordero Vega y éste le mostraba la tarjeta roja, dejando al Zaragoza con un hombre menos.

Ello iba a dar paso a un juego muy intenso y con ritmo, pero poca claridad de ideas por parte de ambos para generar verdadero peligro. Curiosamente, el conjunto de Natxo González logró sostener el ataque amarillo a pesar de la inferioridad numérica, no sufriendo demasiado hasta el intermedio. Solo los extremos amarillos trataron de romper el encuentro con su velocidad y Barral buscaba las cosquillas a la defensa aragonesa, pero la igualdad se mantendría hasta el final del período. Por parte amarilla, José Mari no pudo seguir por la entrada recibida al principio y era sustituido por Abdullah.

Disputa de balón entre Kecojevic y Borja Iglesias | Foto: LaLiga
Disputa de balón entre Kecojevic y Borja Iglesias | Foto: LaLiga

Los palos seguían cayendo en La Romareda

Álvaro García da premio al dominio amarillo desde la reanudación

Si bien la desigualdad numérica no se notó en la primera parte, sí iba a hacerlo en la segunda. Álvaro Cervera adelantó las líneas e hizo algo que no es demasiado habitual: animar a que su equipo se apoderara de la posesión. Las bandas seguían actuando como puñales pero a la vez por dentro el Cádiz se mostraba solvente con el balón y ahí llegaba la acción del primer gol. A los 52 minutos, Rafidine Abdullah se sacaba otro "truco" de su chistera, con un pase por alto que superaba a toda la defensa y llegaba hasta Álvaro García, el utrerano superaba a Cristian Álvarez en su salida y anotaba a placer el 0-1 aunque Grippo quisiese evitarlo.

Con el tanto encajado, a los de Natxo González, en su condición de locales, les tocaba dar un paso adelante y arriesgar en busca del empate. Los maños presionaban arriba y hacían que el Cádiz perdiera y entregara rápidamente el cuero, y comenzó a meter balones al área en busca de remate. Grippo tenía la mejor ocasión en el saque de una falta pero su testarazo se iba fuera. Pero no se iba a dar por rendido y eso levantó a la afición maña, que agradecía el esfuerzo de sus jugadores.

No obstante, en el mejor momento posible para los locales, iban a cometer su segunda imprudencia de la noche. Cristian Álvarez salía a por un balón fuera del área, intenta llevárselo ante la presión de Carrillo pero termina ayudándose con la mano. Cordero Vega no lo duda y expulsa al cancerbero argentino, cuyo error dejaba al Zaragoza con nueve hombres sobre el césped a falta de más de 20 minutos por delante.

Cristian Álvarez dejaba con 9 al Zaragoza | Foto: LaLiga
Cristian Álvarez dejaba con 9 al Zaragoza | Foto: LaLiga

Heroica maña sin premio, mientras que el Cádiz no perdona

Esa inferioridad numérica y la desventaja en el marcador por parte del Zaragoza iban a dar un guión muy esperado: enrabietado y empujado por su afición, el cuadro local salió a ganarse la épica, aunque con más corazón que cabeza, pero a fin de cuentas iba a lograr encerrar al Cádiz de Cervera en su campo. Pero el Submarino Amarillo sabe manejarse bien en ese tipo de situaciones, sabe sufrir cuándo le toca y sabe encontrar a la perfección las vías de escape oportunas. En los compases finales, varios contraataques llevados de forma muy lenta eran malgastados por parte cadista, lo cual hacía que el partido siguiese abierto si el Zaragoza lograba enchufar alguna buena ocasión.

La sociedad Salvi-Romera, como ocurriera ante el Albacete, sentenciaría el partido

Pero por segunda jornada consecutiva, el que la iba a enchufar en los suspiros finales sería el Cádiz, repitiendo la misma fórmula que ante el Albacete. Y así, en el 90, de nuevo Salvi controlaba a la perfección una apertura idónea de Carrillo, metiendo un centro raso al área que, de nuevo también Dani Romera, definía con acierto en el área para sentenciar la contienda, acabando con un Zaragoza cuyo coraje fue motivo de reconocimiento, pero que esta vez no le valió para sacar un resultado positivo.

Con el resultado, ya son seis las victorias consecutivas para el equipo amarillo, que dormirá segundo, a falta de lo que haga el Lugo este domingo, y a un solo punto del liderato tras el empate del Huesca en Alcorcón. El próximo por pasar por el aro cadista será el Barça B, el próximo viernes en el Ramón de Carranza.