La Segunda División del fútbol español es una categoría que se puede hacer muy larga si no estás bien preparado. Una liga en la que los favoritos pinchan con los últimos y que entre los primeros puestos y los de cola hay una diferencia mínima de puntos en la que una racha de victorias o de derrotas puede llevarte a lo más alto de la tabla o de lo contrario a lo más bajo.

Un equipo que lo está sufriendo es el Sporting, un conjunto que a principios de temporada partía como claro favorito para ocupar uno de los dos puestos que dan el ascenso directo a primera, pero un inicio de campaña irregular, una racha de derrotas y la destitución de Paco Herrera han hecho de una de las mejores plantillas de segunda un verdadero caos.

Ahora mismo el conjunto rojiblanco ocupa la décima plaza con veinticuatro puntos, a cinco de los puestos de play off que marca el Rayo, a nueve de los puestos de ascenso directo que marca el Lugo y a cinco de los puestos de descenso a Segunda B que marca la Cultural Leonesa.

Nadie se espera que por muy mal que marchen las cosas se acabe peleando a final de temporada por no bajar de categoría, aunque claro está que para este equipo con la plantilla que tiene ya sería bastante debacle el no haber conseguido subir directamente, por no hablar de lo que pasaría si no consiguiesen ni siquiera entrar a jugar la liguilla para promocionar a primera.

Tampoco es normal que a mitad de temporada un gran número de los componentes de la plantilla estén lesionados con problemas musculares, y es que esto deja entrever una mala planificación y preparación desde la pretemporada que se va acusando a lo largo de la primera vuelta.

Este Sporting debería ser el Levante del año pasado y aunque dista mucho de conseguir parecerse a los granotas todavía queda mucha liga por delante y tiempo de sobra para redimirse y enderezar la situación. Esperemos que con la llegada de un nuevo técnico pueda revertirse la trayectoria descendente del equipo y acabar lo más arriba posible y en el caso de no ser así que por lo menos veamos que se dejan la piel en el campo y sudan la camiseta de un equipo que no se merece lo que está pasando y que no viene de ahora, sino que viene de muchos años atrás.

Por último la “mareona” también espera ver a más jugadores formados en Mareo con el primer equipo, ya que da la sensación de que estos, con más o menos calidad y técnica, por lo menos lo dan todo por el equipo de sus amores y sienten de verdad lo que significa las franjas rojas que llevan sobre el pecho.