Santi Cazorla cumplió 33 años el pasado 13 de diciembre, aunque el centrocampista español no lo pudo celebrar sobre los terrenos de juego cuando ‘su’ Arsenal empató a cero contra el West Ham. 

El medio español lleva sin jugar desde diciembre de 2016 cuando se lesionó en el tobillo. Aunque el dos veces campeón de Europa con España y ganador de un Mundial comenzó su pesadilla en 2015 cuando se rompió el ligamento interno de su rodilla. Desde entonces apenas ha tenido continuidad y en diciembre de 2016 llegó el peor momento de su carrera. Santi había estado jugando desde 2013 lesionado de su tobillo tras un golpe en un amistoso con la selección. Él mismo comentó en alguna entrevista que en los descanso cuando se le enfriaba el tobillo se le saltaban las lágrimas.

Diciembre de 2016: comienza el calvario

En diciembre de 2016 juega su último partido antes de operarse. Una operación que le iba a solucionar la lesión de tobillo. Aunque esta sería la primera de ocho operaciones. Sin embargo, lejos de quedarse ahí el dolor no remite y en mayo de 2017 es operado de nuevo, esta vez en España. Ahí le descubren una infección en el hueso de su tobillo y tiene que ser reconstruido de nuevo su talón de Aquiles.

En julio de 2017 comienza la rehabilitación de Santi en Salamanca y en el pasado mes de septiembre comienza a correr. En octubre da un paso atrás en su proceso por un edema óseo en su tobillo. El fin parece estar cerca y su vuelta se estima para diciembre de 2017.

El pasado 29 de noviembre le llega la mala noticia. A un mes de su vuelta se tiene que volver a operar y, como consecuencia, volver a retrasar la vuelta a los terrenos de juego, que se marchará ya probablemente a la temporada que viene. El calvario no tiene fin.

Año de Mundial

Por edad, 33 años, este sería seguramente su último mundial. Sin embargo, no queda duda que Santi no será uno más de la selección en Rusia. Probablemente no juegue este año y hará casi dos temporadas sin jugar, por lo que probablemente Santi haya dicho ya adiós a la selección.

A pesar de que el primer médico le dijo que con suerte podría volver jugar con su hija, Cazorla no pierde la esperanza en volver a un terreno de juego y, por qué no, a jugar con España.

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