Reto mayúsculo para el Eibar de Mendilibar, conseguir vencer a uno de los mejores Valencias de lo que va de siglo. Los de Mestalla acumulan diez victorias, cuatro empates y una derrota. Los che lograron vencer en feudos tan complicados como Santiago Bernabéu, Anoeta y Cornellá.  Ni Real Madrid, ni Barcelona, ni Atlético, ni Sevilla han podido derrotarle. El único que lo hizo hasta la fecha fue el valiente Getafe de Bordalás. 1-0 cayeron los mediterráneos en el Coliseum ante un equipo sobresaliente tácticamente. Y todo a pesar de que los azulones estuvieron más de una hora con diez jugadores, con la expulsión de Mario Arambarri. Pese a todo, el bloque getafense, basándose en un rigor defensivo absoluto, logró llevarse el gato al agua.

Ese es el camino a seguir para los guipuzcoanos, que están inmersos en una gran racha, con diez puntos sobre doce. En un mes, han pasado del sufrimiento a la tranquilidad más absoluta. Con 18 puntos, los azulgranas son decimoterceros y los nubarrones negros han dejado Eibar. El club ha vuelto por sus fueros y se muestra competitivo jornada tras jornada. La igualdad es tal en la parte media de la tabla, que los armeros tienen la sexta plaza a tres puntos. Desde la entidad, los objetivos están claros: permanencia, permanencia y permanencia. Pero seguro que a nadie en el seno del club vasco le molestaría figurar algunas jornadas en puestos de competición europea. Al fin y al cabo, el fútbol es para soñar. Ganar el próximo partido avivaría ese sueño.

Pero para vencer al Valencia, es fundamental tratar de no recibir goles. El ataque de los che es absolutamente demoledor. 35 veces han introducido el balón en la meta rival. Prolífica es también su tripleta atacante: Zaza (10), Rodrigo (5) y Santi Mina (5). Si encajas, estás muerto. Los de Marcelino hicieron seis dianas al Betis, cinco al Málaga o cuatro al Sevilla. Además, tienen una ventaja con respecto a los demás rivales al no jugar competición europea. Esa circunstancia le permite competir más descansado y sin tanta carga de partidos. El Eibar, a priori, lo tiene todo en contra, puesto que recibe a un rival en racha y descansado. Mendilibar tiene que plantear un partido perfecto y sus futbolistas ejecutarlo en la cancha.

Guion soñado

Los armeros deberían salir a comerse a los murciélagos. Presión asfixiante, intensidad alta y juego directo, aprovechando las dimensiones de Ipurua. Tras esos primeros instantes, los azulgranas bajarían algo su presión (no podrían aguantar a un ritmo tan alto), tratando de gestionar el juego a base de un fútbol algo más combinativo, sacando del juego a Dani Parejo, uno de los faros de este Valencia. Que los puntas creen ocasiones es importante, pero lo será también si juegan de espaldas, abren nuevas opciones y ganan tiempo. La función de los extremos, previsiblemente Iván Alejo e Inui, se antoja también clave.  Pero por encima de todo, mantener la puerta a cero, aspecto que la entidad ha mejorado en las últimas jornadas, recibiendo dos tantos en los últimos cuatro partidos.