La llegada de Rubén Baraja al banquillo del Sporting puede ser la tecla que haga cambiar la situación de crisis en la que está inmerso el equipo. El Sporting de Gijón se encuentra en la décima posición con 24 puntos, muy lejos de las posiciones que a priori debería ocupar el equipo rojiblanco para conseguir el objetivo del ascenso. Concretamente está a cinco puntos de las posiciones de playoff y a nueve de las posiciones de ascenso directo. Pero, aunque durante unas semanas el Sporting se encontró allí arriba, incluso liderando la competición, en las últimas semanas todo se ha torcido por culpa de la falta de victoria.

Y es que el equipo no consigue una victoria desde el pasado 28 de octubre cuando venció al Almería 2-0. Seis son las jornadas que lleva sin conseguir los tres puntos, y en las cuales sólo ha conseguido dos puntos de 18 posibles, un balance imperdonable si lo que quieres es conseguir el ascenso a final de temporada. Pero el problema no solo son los resultados, sino que también lo es el juego del equipo ya que este deja mucho que desear. Los jugadores sportinguistas necesitan la victoria como agua de mayo para que sirva de golpe de efecto y dé la ilusión que tanto necesitan tanto a la plantilla como a la afición. La primera oportunidad para conseguir de nuevo los ansiados tres puntos es el próximo domingo contra el Tenerife en El Molinón, dónde afición y jugadores deberán unirse en uno para luchar por la victoria.

La Mareona espera que el cambio de entrenador que ha tenido lugar en los últimos días sirva para romper esta dinámica y hacer que el equipo vuelva a escalar posiciones en la clasificación de cara a conseguir el objetivo del ascenso a final de temporada.