El Sporting ha vuelto. Tras casi dos meses de letargo, el conjunto rojiblanco se ha reencontrado con la victoria. El 'efecto Baraja' parece haber dado sus frutos aunque, según ha reconocido el propio técnico, "en cuatro días apenas da tiempo para trabajar nada". Es cierto que, con tan poco margen de maniobra, no se deben lanzar las campanas al vuelo. Haya calma. Aún así, "al César, lo que es del César". 'El Pipo' fue valiente, apostó por un once controvertido para muchos y salió victorioso ante uno de los rivales más duros de la categoría, el CD Tenerife. Mucha culpa de ello la tuvo, sin lugar a dudas, Nacho Méndez.

La mejor noticia, al margen de los tres puntos, es la confirmación de Nacho Méndez como cerebro del nuevo Sporting. El Molinón era un auténtico clamor a favor de la titularidad del luanquín y Baraja, a pesar de llevar poco más de cuatro días en el cargo, supo escuchar a su gente. Todo sea dicho, las bajas en el centro del campo condicionaron la decisión. Nacho, lejos de decepcionar, tomó la batuta del juego desde el primer minuto. ¡Cualquiera diría que apenas tiene 19 años! Todo el fútbol asturiano pasaba necesariamente por sus botas, lo que hacía más fácil la tarea para Álex Pérez y Barba, liberados de la presión que supone sacar el balón jugado desde atrás y, cómo no, para su compañero en la medular, Álex Bergantiños, más centrado en las tareas defensivas. Del mismo modo, Michael Santos y Stefan Scepovic se frotaban las manos con los pases filtrados del joven Méndez. Con compañeros así es muy fácil jugar.

De esta guisa, la parroquia rojiblanca pudo disfrutar del show protagonizado por el canterano. Para quitarse el sombrero. Todo el mundo espera que sea el primero de muchos con la elástica del Sporting, y es que el próximo miércoles tendrá lugar una nueva función, en un escenario como Los Cármenes, donde no resulta nada sencillo actuar. Por el bien del Sporting, el espectáculo de Nacho Méndez debe continuar.