El fútbol es una fuente constante de sentimientos. Pero, una vez que los jugadores se enfundan las zamarras de sus respectivos clubes, lo que importa es lo que sucede sobre el verde. Un claro ejemplo de ello lo pudimos apreciar en el choque que enfrentó al Huesca frente al Lugo el pasado domingo. Líder y colíder se batieron en duelo, pero el protagonista fue otro, David Ferreiro y su polémica celebración. El ex jugador del cuadro lucense anotó el 2-0 que dejó prácticamente sin opciones al conjunto dirigido por Francisco. Fue el más listo de la clase: aprovechó un balón suelto en el área chica y caricaturizó a Juan Carlos con un duro remate. Lo sorprendente no fue el gol, ya que un jugador ofensivo como es el caso del ourensano, está expuesto a convertir una diana en cualquier momento. Lo que dejó pensativo a muchos fue la rabia con la que celebró su gol. Más que rabia, euforia.

En una entrevista concedida a El Diario del Alto Aragón antes del partido, aseguró que “marca pocos goles”, por lo que si metía, debía celebrarlo. En estos momentos es jugador del Huesca, por lo que desea “lo mejor para su equipo”. Venían de empatar en Alcorcón, y la única forma de hacer bueno ese empate era ganando frente a su afición.

Comprensible la actitud del jugador, que en ningún momento pretendió faltar el respeto a un club por el que siente un gran cariño y del que guarda muchos y buenos recuerdos. Ferreiro desea lo mejor para el Lugo, pero primero están los intereses de su actual equipo, el que de momento no ve en primera, pero sí como un firme candidato a promocionar. Es largo el camino que le resta al Huesca, sin embargo, el extremo del cuadro oscense confía en sus capacidades y está convencido que darán todo para conceder nuevas alegrías a una afición que está con ellos desde el primer momento y que se merece ese ansiado ascenso. 

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Sobre el autor
César Fieiras Ceide
Lucense. Estudiante del Doble Grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual (USC). Futbolero