La Sociedad Deportiva Huesca y el Club Deportivo Lugo se midieron el pasado domingo en un partido por todo lo alto que enfrentaba a primero contra segundo. Un encuentro que, lógicamente, levantó mucha expectación con un Alcoraz lleno hasta la bandera. Ambos equipos plantearon un partido parejo, cada uno con sus armas. El Lugo con el toque y las subidas con el balón y el Huesca con la presión alta para recuperar y salir rápido la contra, aprovechando la velocidad de sus hombres.

Desde los primeros minutos el partido parecía igualado, con ocasiones para los dos equipos, pero un dudoso penalti señalado a favor del Huesca rompía con el desarrollo normal del encuentro. El Lugo, aturdido, respondió con frialdad e intentó no perder la cabeza. El empate jugando así debería acabar llegando… pero de nuevo una jugada aislada daba lugar a una situación confusa en el área que aprovechaba David Ferreiro para hacer el segundo. Demasiado castigo para un Lugo que estaba haciendo bien las cosas, pero que no estaba teniendo fortuna. Ya en la segunda parte, el Huesca remató el partido con un gol de falta directa que ponía el 3-0 definitivo en el marcador, un resultado demasiado alejado de la igualdad que se vio en el verde.

La pifia: polémico arbitraje en un partido clave

El arbitraje del domingo, a cargo del cántabro José Antonio López Toca, dejó un mal sabor de boca en la parroquia lucense. Sin pretender excusar la derrota en esto, lo cierto es que alguna de sus decisiones fueron cuanto menos polémica. En la primera parte, anuló un gol al Lugo por falta de Bernardo antes del remate. Más adelante, decidió señalar un penalti a favor del Huesca en una jugada en la que el mismo Bernardo intentaba despejar el balón mientras un espabilado ‘Cucho’ Hernández metía la cabeza para forzar la situación. Penalti que fue discutido por el público visitante. Posteriormente, el colegiado decidió no señalar un derribo a Campabadal en el área contraria que podría haber cambiado las cosas. Aunque poco tiene que ver con que el Huesca aprovechara sus ocasiones y el Lugo no tuviera fortuna, estas acciones dudosas desequilibraron la balanza y restaron emoción a un gran encuentro.

El detalle: el juego del equipo

Dentro de lo malo del resultado, es importante hacer una lectura positiva del encuentro. Como bien dijo Francisco, los méritos de ambos conjuntos no se vieron reflejados en la tabla del marcador. Nuevamente falló la puntería, pero el juego realizado por el equipo es el correcto. A partir de ahí, los albivermellos tienen que ser conscientes de que jugando así, los partidos acabaran contando por victorias.

Los porteros: Remiro sólido, Juan Carlos sin fortuna

Ambos guardametas tuvieron trabajo durante todo el encuentro. Las ocasiones de uno y otro equipo se sucedían continuamente. Dos remates a puerta recibió Remiro, dubitativo e inseguro en los primeros minutos, pero que se fue agrandando con el paso de los mismos. El meta cedido por el Athletic Club demostró un gran nivel y realizó dos paradas. Estuvo rápido en sus decisiones y consiguió dejar a cero su portería en un partido que le obligó a estar atento durante los 90 minutos. Al igual que Juan Carlos, que no realizó un mal partido pese a encajar tres goles. El penalti de Melero estuvo a punto de pararlo y en el segundo gol la confusión que se formó en el área no le favoreció para anticiparse al tiro de Ferreiro. Sin embargo, sí que pudo hacer más en el tercer gol, que le pilló descolocado. Cinco tiros recibidos que se saldaron con dos paradas del guardameta, cuya actuación impidió algún que otro gol a mayores. Aparte, cabe destacar su buena anticipación durante todo el encuentro.

El partido en números

Las estadísticas del partido, más allá del marcador, sí que son fieles a lo visto en el campo. La posesión del balón fue para un Lugo mucho mejor en lo que a juego de equipo se refiere (57% para los gallegos por un 43% de los locales). La igualdad en el encuentro, que se ve reflejada en las ocasiones, con 15 remates (cinco a puerta) para los oscenses y 11 para los lucenses (dos a puerta). En esta ocasión la falta de puntería de los gallegos fue su principal lastre. En cuanto a faltas, el partido apenas se vio parado por el juego brusco, pero se registraron 16 faltas del Huesca por 12 del Lugo, más correspondientes a la alta intensidad del encuentro que al juego sucio. Ambos conjuntos vieron tres amarillas cada uno.