Se habla, se siente. El clásico está presente. Apenas cuatro días y cada vez menos horas para que arranque el mejor partido de fútbol del mundo. Dos titánicos equipos jugarán -en un horario poco habitual, la una de la tarde- el primer Real Madrid - Barcelona de esta temporada liguera.

En vísperas a ese clásico del próximo 23 de diciembre y tras la reciente consecución del conjunto madridista de su sexto Mundial de Clubes, sobre la mesa está el debate sobre si los futbolistas azulgranas deberían rendir homenaje al eterno rival en el Santiago Bernabéu. De momento, tanto responsables del club como algunos jugadores se han pronunciado en contra de hacer el pasillo antes de que comience el duelo.

La principal razón en la que se escudan es que no se trata de las mismas competiciones. No se equivocan y además, la historia de los pasillos en estos partidos clásicos reafirma ese motivo: cuando se homenajeó fue solo por logros en Liga.

Campeones matemáticamente en 2008

El ejemplo más reciente de un pasillo fue en la Liga de Schuster. El técnico alemán consiguió que su equipo -el Real Madrid de Raúl, Van Nistelrooy, Guti o Robinho- se alzase con el título a falta de tres jornadas. Los culés les brindaron un homenaje muy recordado en el estadio madridista.

Aquel año el propio Lionel Messi estaba entre la fila de futbolistas que aplaudieron al conjunto blanco. Después, en el intenso choque los madridistas continuaron con la fiesta y golearon a los azulgranas.

Igualdad de pasillos en 1988 y 1991

Hay que remontarse al siglo pasado para encontrar otro acontecimiento como el descrito. Concretamente fue en la 'Quinta del Buitre', pero en aquella ocasión en el Camp Nou, para añadir más miga al asunto. El Real Madrid ganó la Liga de la temporada 1987/1988 cuando todavía restaban cuatro jornadas. Una de ellas era frente al eterno rival y se le homenajeó como era debido. Luego, los locales se llevaron la victoria con goles del 'Lobo' Carrasco y Lineker.

La única oportunidad del Barça para disfrutar de un pasillo madridista fue en 1991. Aquella Liga que se llevaron los catalanes inauguró la era exitosa del 'Dream Team', con Cruyff a la cabeza. Faltaba solamente un duelo liguero y era precisamente contra el equipo madrileño en su feudo. El Bernabéu vio como sus jugadores aplaudían a los recientes campeones antes de que rodase el balón. Después, el triunfo fue blanco.