¿Queremos la Copa? Obviamente. ¿La cuidamos? Eso está más en duda. La Copa del Rey es una competición interesante a la par que excitante. Es la única opción de soñar para muchos equipos, humildes, modestos o de primer nivel. Sin embargo, la competición ha perdido caché y el interés por parte de la mayoría de equipos y aficionados. Los campos vacíos y equipos reservas jugando son el pan de cada día en esta competición ahora mismo. Una competición que beneficia a los dos grandes, que se reparten el título año tras año. Una Copa con el nombre del monarca español, y que lleva consigo la polémica a todas las finales de los últimos años. Quizás, si el nombre de una persona fuera sustituido por el de la federación o el del país, o incluso por un patrocinador, se limarían asperezas. 

Celebración del título de los últimos campeones, el Barça. Foto: Getty Images
Celebración del título de los últimos campeones, el Barça. Foto: Getty Images

Formato sin emoción

La actual copa no tiene demasiada emoción hasta que se llega a las semifinales. El formato de ida y vuelta desde dieciseisavos, y además enfrentando a los equipos de Segunda B con los equipos top de la Liga, y a los de la Liga 1|2|3 con los de la Liga Santander sí o sí, hace que los equipos grandes, además de ir avanzando rondas sin demasiada dificultad, saquen equipos reservas sin darle importancia a la competición, con la certeza de que a doble partido vencerán al equipo pequeño.

Las excepciones que confirman la regla

Cierto es que ocurren sorpresas de vez en cuando. Esta temporada, por ejemplo, Real Sociedad, Athletic Club, Betis y Málaga fueron eliminados por equipos de menor categoría en dieciseisavos, pero ha sido una rara ocasión, difícilmente repetible con este formato de competición. Los equipos pequeños suelen plantar cara en uno de los partidos, pero tener que jugar ida y vuelta les quita casi el total de las opciones de pasar. Los últimos héroes como Lleida, Formentera, Mirandés, Cádiz, y demás, son excepciones que confirman la regla. El formato debe cambiar, y con ello incrementar las ganas de jugar esta competición del KO.

Los jugadores del Formentera celebran el gol en el 96 que eliminaba al Athletic en San Mamés. Foto: Getty Images
Los jugadores del Formentera celebran el gol en el 96 que eliminaba al Athletic en San Mamés. Foto: Getty Images

Opción inglesa

Una de las alternativas que barajan los equipos modestos, y la mayoría de aficionados, es la de imitar al Reino Unido. Las distintas copas de Inglaterra o Escocia poseen el espíritu de competición que muchos fans españoles anhelan para su país. Y es que Inglaterra tiene muchas copas. Aunque solo se conozcan las dos más famosas, la Emirates FA Cup y la Copa de la Liga, renombrada como Carabao Cup ahora, existen más competiciones para equipos de menor nivel. Checkatrade Trophy o FA Trophy son dos ejemplos.

Distintos métodos para mantener intacta la ilusión copera

Empecemos por la FA Cup, la competición futbolística más antigua del mundo, entre otras cosas, por la manera en la que la cuidan. Es la copa más importante de Inglaterra, en la que participan absolutamente todos los equipos ingleses, desde el equipo de barrio más humilde del país hasta el Manchester City. Primero, obviamente, se juega la clasificación para el torneo con varias rondas previas desde verano hasta noviembre más o menos. Los equipos profesionales (Premier League, EFL Championship, League One y League Two) esperan ya clasificados a que entren en la competición los equipos modestos. Todos los partidos de todas las rondas son a partido único, y se juega en el estadio del equipo que toque, ya que el sorteo es puro en todas las rondas también. En caso de empate, se juega un replay en el otro campo, que es una de las tradiciones mejor conservadas del fútbol inglés antiguo. Las únicas excepciones son las semifinales y la final, que se juegan en Wembley, y que en caso de empate, se juega prórroga. Los equipos procedentes de la previa se unen a los de League One y League Two durante dos rondas, y ya en treintaidosavos de final, entran en acción los de Championship y Premier.

Celebración del Bristol City con su afición, tras el gol en el 93 que eliminaba al United. Foto: Getty Images
Celebración del Bristol City con su afición, tras el gol en el 93 que eliminaba al United. Foto: Getty Images

En segundo lugar, se encuentra la Carabao Cup, competición que solo disputan los equipos profesionales. En primera ronda, los equipos Premier están exentos de jugar, y los equipos de las otras tres competiciones juegan a partido único en el campo del que toque, puesto que el sorteo sigue siendo puro. En caso de empate, el partido se decide con prórroga y si es necesario penaltis, con el revolucionario método del tie-break en el que se imita el orden de saque de los tenistas en los desempates de set. En segunda ronda, entran en acción los equipos Premier, excepto los siete equipos que se encuentran en competiciones europeas, que entran en acción en la tercera ronda. Lo curioso de esta copa, es que las semifinales son la única eliminatoria que se juega a ida y vuelta, y que el torneo se juega en la primera mitad de temporada, exceptuando la final. 

En tercer lugar nos encontramos con la FA Trophy, que es un torneo para los equipos no profesionales, que es igual a la FA Cup en cuanto a formato de competición, pero que permite a los modestos soñar con jugar en Wembley la gran final. En cuarto lugar tenemos el torneo novedoso que han reformado en Inglaterra, el Checkatrade Trophy. Un torneo que disputan los filiales de varios equipos de Premier y Championship, ya que es voluntario apuntarse, y que también disputan los equipos de League One y League Two. Los 64 equipos se dividen en 16 grupos de cuatro equipos, que juegan entre ellos una vez, para decidir los 32 equipos que clasifican a las eliminatorias de dieciseisavos. Y a partir de ahí, todo a partido único.

¿Un nuevo formato revolucionario?

Todo esto lleva a reflexionar sobre el modo en el que se juega esta competición hoy en día. Se podría permitir a los equipos regionales participar, hacer dos competiciones principales como en Inglaterra, con fase de grupos, a partido único o formato mixto, y tantas variables más que existen. El problema hasta ahora es la falta de interés por renovar la competición y hacerla más justa, más emocionante. El dinero es la prioridad y es más importante eso que la salud del torneo parece ser. Pero que es crucial es recuperar el sentimiento hacia esta competición, y no tanto el modo. En este caso, el fin sí justifica los medios.

Imagen del gol de Neymar en la final del año pasado. Foto: Zimbio
Imagen del gol de Neymar en la final del año pasado. Foto: Zimbio