En el apartado defensivo, el Alcorcón comenzó el 2017 con la idea de ser un equipo que no cometiera tantos errores en campo propio y a su vez, en evitar que el rival encontrara huecos con suma facilidad.

En el primer partido liguero del año, ante el UCAM Murcia, Julio Velázquez fue fiel a la defensa de cuatro hombres. Con Fede Vega por banda derecha, Elgezábal y Navarro como pareja de centrales, y Bellvís por la izquierda. Este encuentro fue una excepción al ver estos cuatro nombres como titulares. Dado que al recuperar efectivos, a lo largo de la temporada, Elgezábal y Fede Vega no eran de la partida. En su lugar, el camerunés Owona y el experimentado lateral portugués Nelson, eran los teóricos titulares.

Carlos Bellvís era dueño y señor de la banda izquierda. Y a decir verdad, no tenía competencia en su puesto. Únicamente Nelson podía hacer su labor, en una función a banda cambiada. 
El 4 de febrero el conjunto alfarero comenzó el declive. Tras ganar al líder la semana anterior y caer dignamente eliminados de la Copa del Rey en cuartos de final, las cosas se fueron poniendo color de hormiga semana tras semana. 8 jornadas seguidas sin conocer la victoria propiciaron meterse de lleno en los puestos rojos. 

La consistencia defensiva del equipo para mantenerse de lleno en un partido era equiparable a la de un flan. La lentitud de la pareja de centrales era evidente. Fuera de sitio o una pérdida de referencia del oponente era una autopuñalada. Si desde la parcela defensiva los augurios eran malos, en la ofensiva tampoco eran mejores, porque para anotar, el equipo parecía que necesitaba un milagro del cielo. La confianza se contagia y la depresión reinaba en el vestuario, apático por momentos. Cuando la salvación parecía una utopía, llegó el renacimiento. Precisamente por un importante ajuste defensivo implantado por el técnico alcorconero. El 5 de mayo el Alcorcón visitaba Oviedo en lo que se antojaba una ardua tarea. Y lo haría con una novedosa defensa de 5 hombres. En una formación 5-4-1, el Alcorcón basaba su estrategia de partido en sudar la camiseta atrás, para picotear al rival en algún balón suelto. Y eso sucedió. 0-1 y victoria de oro para soñar. Así, hasta tres partidos más, en los cuales el balance general fue positivo, con 7 puntos de 12 posibles. Los últimos dos encuentros en los cuales la victoria era una obligación para evitar el descenso, la línea defensiva fue de 4. En este caso la fluidez era necesaria para no quedarse atascados en caso de emergencia. Julio Velázquez obró el milagro. Y el Alcorcón consiguió mantener la categoría, gracias a un trabajo y carácter defensivo sublime en los momentos decisivos. Eso sí, con un nivel justito tanto el apartado técnico como físico. 


En un verano bastante ajetreado en las oficinas de Santo Domingo, el Alcorcón renovó prácticamente toda su plantilla. Tan solo quedaron David Navarro y Bellvís en la parcela defensiva.
Llegaron: Laure, Felipe Alfonso, Hugo Álvarez, David Fernández, Esteban Burgos y César Soriano. 

El Alcorcón arrancó la nueva temporada con 3 centrales y dos carrileros de gran recorrido, formando así una defensa de 5 en repliegue bajo. 


No obstante esta formación se ha vuelto a modificar, por una línea natural de 4. Si bien es cierto que en los cinco primeros encuentros, la defensa fue un auténtico muro el cual parecía que nadie podía perforar, luego dio síntomas de grave debilidad una vez encajado el primer gol. A día de hoy los titulares son los que en un primer plano parecían suplentes y es que Julio Velázquez demuestra que los que más trabajan y progresan en las sesiones de entrenamiento son los que a la postre, poseen una oportunidad para ganarse un hueco en el once inicial. Destaca especialmente César Soriano, que se ha asentado con total seguridad en el lateral izquierdo, en detrimiendo de un Carlos Bellvís que parecía inamovible. César también aporta llegada y se suma al ataque en numerosas ocasiones con precisos centros al área. Por la derecha, Laure está siendo el gran protagonista y sin duda, está desctacando como uno de los mejores jugadores de la temporada. Tras media vida en el Deportivo de La Coruña, su calidad y experiencia saltan a la vista. Lucha cada balón como si fuera el último, roba muchos balones, defiende con garra y por supuesto llega hasta línea de fondo, habiendo logrado hasta marcar gol. 

La capacidad de concentración es algo que ha de mejorar la pareja de centrales alfarera. Precisamente se han perdido multitud de puntos esta temporada ya en los últimos minutos, y eso es algo a corregir. Regalos ya se han hecho suficientes. 

Tras la retirada de David Navarro está por ver si el Alcorcón decide surcar el mercado invernal en busca de algún central para la rotación. 
Tocará ver próximamente si la Agrupación Deportiva Alcorcón hace bueno el lema de que, una buena defensa, es el mejor ataque.