Como en toda buena historia, se debe empezar por el principio. El conjunto insular iniciaba el primer mes de 2017 en novena posición, fuera de los playoffs, empatando a domicilio en Tarragona y ganando posteriormente dos enfrentamientos seguidos en casa, primero contra el Real Zaragoza cerrando la primera vuelta y después ante el Córdoba abriendo la segunda. El mes terminaba sin derrotas tras el empate en la visita al filial Sevillista.

Con estos resultados el combinado dirigido Martí se colocaba en sexta plaza, una posición que da acceso a luchar por la liguilla de ascenso. Además el juego del equipo invitaba a enganchar a más seguidores tinerfeños, que semana a semana iban aumentando con el entusiasmo de ver a su escuadra en la zona alta de la tabla.

Refuerzos invernales para ilusionar

En el mercado invernal, como viene siendo habitual, el director deportivo, Alfonso Serrano, supo acertar con los tres refuerzos. Dos cesiones, Tayron procedente de la UD Las Palmas y Rachid del Sporting de Gijón y, sobre todo, con una incorporación de renombre, Gaku Shibasaki, futbolista japonés procedente del Kashima Antlers que había deslumbrado en el mundial de clubes siendo balón de bronce de esta competición. Su llegada provocó un terremoto mediático para el Tenerife. Aunque al principio le costó aclimatarse a la isla, terminó siendo un jugador fundamental en el esquema de Martí.

Pasaban las jornadas y el combinado tinerfeño se iba consolidando en la parte alta del campeonato convirtiendo el Heliodoro en un fortín casi inexpugnable gracias a la seguridad defensiva que aportaban German y Jorge Sáenz, acompañados por un buen momento de forma del guardameta titular Dani Hernández. En la faceta ofensiva los blanquiazules contaban con jugadores perfectos para los contragolpes como Amath, cedido por el Atletico de Madrid, que aportaba velocidad y goles y el 'Choco' Lozano, también cedido por el Olimpia hondureño, que a pesar de ser discutido por su falta de gol le daba al equipo capacidad asociativa y asistencias.

En líneas general el combinado blanquiazul era un equipo muy compacto que no encajaba muchos goles pero que tampoco tenía una gran capacidad resolutiva de cara a gol, por lo que resolvía sus encuentros con marcadores cortos que le servían para ganar o por lo menos empatar.

Entre baches y buenas rachas

La primera derrota del año llego inesperadamente contra el Reus, como locales, ya en el mes de marzo, el día del debut de Gaku como blanquiazul, casi dos meses después de su llegada. Después de 19 jornadas sin conocer la derrota.

Pero el ánimo no decayó y en el siguiente encuentro a domicilio los isleños  dieron un golpe de efecto ganando contra un rival directo como era el Cádiz. Un tanto en los minutos finales del encuentro que supuso un subidón de adrenalina para la parroquia tinerfeña, que confirmaba su candidatura definitiva a luchar por algo grande.

En otro choque decisivo esta vez ante el Real Oviedo los chicharreros supieron dar la talla y se llevaron el triunfo de nuevo de nuevo por la mínima (1-0) que les valía para situarse terceros a solo cinco puntos del segundo clasificado, el Girona. El ascenso directo era posible

Pero tres empates consecutivos contra el Rayo Vallecano, el Girona y el Numancia y una derrota imprevista ante el UCAM Murcia frenaron la racha ascendente de los chicharreros, que instalaron algo de nerviosismo en el entorno.

Finalmente, la clasificación virtual para los playoffs llegaría en el antepenúltimo encuentro de la liga regular tras ganar al Almería lejos de casa.

Aitor Sanz celebra un tanto. Foto: Laliga.es
Aitor Sanz celebra un tanto. Foto: Laliga.es

Rozando la Primera División

Tras una campaña impecable, el Tenerife llegaba a los playoffs después de terminar cuarto con 16 victorias, 18 empates y 8 derrotas que se tradujeron en 66 puntos. Unos números que justificaban su presencia.

En la primera eliminatoria, el equipo isleño sufrió lo que no está escrito para vencer al Cádiz, puesto que en la ida los gaditanos se impusieron en su estadio (1-0) y en la vuelta los tinerfeños repitieron el marcador pero a su favor en el Heliodoro. Gracias a su mejor clasificación en la fase regular consiguieron el pase a la final contra el Getafe.

Lo que parecía un sueño lejano estaba muy cerca de cumplirse y más tras ganar (1-0) al Getafe en casa. Pero en el Coliseum, los chicharreros despertaron de ese sueño que durante momentos parecía real y se quedaron con la miel en los labios tras caer por tres tantos a uno. Con un tres a dos en el global de la eliminatoria los azulones eran nuevo equipo de Primera

Aficionados del Getafe invaden el campo ante la desolación de dos jugadores del Tenerife. Fuente: Efe
Aficionados del Getafe invaden el campo, ante la desolación de dos jugadores del Tenerife. Fuente: Efe

Nueva temporada con muchos cambios

Después del jarro de agua fría del no ascenso tocaba empezar de cero y levantar los ánimos. Con muchas bajas de jugadores importantes, que o eran cedidos como Amath y el 'Choco' Lozano o acababan contrato y eran deseados por equipos de mayor categoría como Shibasaki, que finalmente recalaría en las filas del Getafe. La consigna del mercado veraniego era rearmar el equipo para  volver a estar arriba desde el inicio. Con tal objetivo en mente, la directiva se esforzó en fichar jugadores experimentados que invitaran al optimismo: Juan Villar, Casadesús, Malbasic, Longo, Juan Carlos, Luis Pérez, Paco Montañes, Tayron, Aveldaño y Bryan Acosta, además de la repesca del guardameta Carlos Abad tras su cesión en el Castilla. Sin duda había mimbres para construir un buen conjunto y por ello las exigencias de estar arriba eran casi una obligación.

El inicio fue bastante bueno, con dos victorias ante el Zaragoza y contra el Barça B. A día de hoy, esta continúa siendo la única victoria fuera de casa. No obstante, en el primer test serio contra el Valladolid los de Martí caían (2-0) sin poner mucha oposición.

Presentación de la equipación para la temporada 2017/18. Foto: CD Tenerife
Presentación de la equipación para la temporada 2017/18. Foto: CD Tenerife

La Copa, lo mejor de la primera parte de la temporada

En la Copa del Rey los chicharreros consiguieron pasar las dos primeras eliminatorias lejos del Heliodoro. Primero frente al Rayo Vallecano con un contundente 0-3 y después frente al Córdoba con un abultado 1-4. Estos triunfos le llevaron a disputar, ocho años después, un partido de Copa en su casa, esta vez contra un equipo de primera división, el Espanyol. Los catalanes pasarían finalmente de ronda tras ganar con un 3-2 en el cómputo global de la eliminatoria, con polémica incluida por un penalti pitado fuera del área.

En liga los blanquiazules se han caracterizado hasta el momento por su irregularidad, manteniendo la condición de invictos en su campo, donde ha empatado las mismas veces que han logrado la victoria, un total de cinco. Aunque la asignatura pendiente de los isleños es, sin duda, a domicilio, donde solo ha conseguido seis puntos de 30 posibles, con tres empates y una única victoria. Así, los blanquiazules se sitúan actualmente undécimos, sumando 26 puntos, a ocho de los playoffs y a diez del ascenso directo. Por tanto, muy lejos del objetivo encomendado tanto por la directiva como por la hinchada al comienzo de la campaña.

Por este preciso motivo se ha cuestionado el puesto del técnico balear Martí, a pesar de ser ratificado varias veces por los pesos pesados de la institución y contar con el apoyo del vestuario. En los últimos encuentros ya se han podido escuchar pitos desde la grada, por lo que el futuro del preparador blanquiazul dependerá de los resultados inmediatos.