Que bonito descubrimiento ha encontrado el soberano Molinón. Que portero, que aptitudes y que cabeza. Y es que Dani Martín se ha ganado un puesto en el club a base de actuaciones de gran calibre y, en especial, números. Nacido en Gijón y criado y formado en las instalaciones deportivas de Mareo, ha tenido el privilegio de lucir la elástica de la selección española tanto en la categoría Sub 17 como en la categoría Sub 19. El Sporting B logró proclamarse campeón del grupo de Asturias de Tercera División encajando únicamente 18 goles en 38 partidos. Un dato que pocos equipos en Europa logran y que si lo logró el B. El conjunto de José Alberto arrasó en la liga regular y el portero gijonés fue una pieza angular y fundamental en el proyecto que llevó al filial a Segunda División B.

Un portero de estatura (1.86 m.), pero ágil. Un portero al que no se le cae la portería encima y que tiene un buen juego de manos. Paco Herrera decidió premiar su impecable temporada dándole la oportunidad de realizar la pretemporada con el primer equipo, incluso subiéndolo a entrenar de vez en cuando al campo número uno de Mareo. Su oportunidad pudo llegar tras la lesión de Mariño, pero fue Whalley el encargado de coger los guantes, intento que acabó con la derrota del Sporting por un contundente 3-0. Sin embargo, su oportunidad llegó en Copa del Rey.

El debut soñado para un sportinguista como Dani. El rival, el Numancia, Dani debutaba como titular, en El Molinón y con el primer equipo. En ese partido demostró y enseñó sus cualidades. Hizo un partido inconmensurable con paradas de todo tipo. En un momento crítico del partido paró un penalti y recibió la atronadora ovación de un estadio entregado. El partido llegó a la tanda de penaltis y acabó en derrota, pero ahí empezó la carrera de Dani en el primer equipo, un portero de futuro, pero con mucho presente.